5.6.07

A day in the life

Con la nariz colorada y un espumoso embotamiento mental, llego ahora de la playa, crujiente del salitre sucio del primer baño en el Orzán. Si lo habéis adivinado, estoy de vacaciones, en Lacoru, y por suerte el tiempo acompaña y me deja disfrutar de uno de los pocos placeres de los que carece Compostela, zapatearse en la arena con un buen libro y pegase unas brazadas zarandeado por las olas. Si hubiese tenido con quien echar una partida de tute cabrón, sería como volver a la adolescencia *escalofrío*.

En cualquier caso, las últimas páginas de La Rebelión de los Ángeles de Anatole France (“el hombre medio, que no sabe qué hacer con su vida, quiere no obstante tener otra que no acabe nunca”) y la conversación de mi madre sobre la interminable sucesión de desgracias familiares, fueron una aceptable compañía para estar tirado sobre el caolín del Orzán, una playa sucia y urbana, a cinco minutos cuesta abajo de casa de mis padres. Un lugar dónde, cada vez que pongo un pie, me asaltan carretillas de recuerdos, buenos y malos.

¿Anodina entrada? Sí señores, anodino quiero estar, tras haberme comido las gafapastadas del día de las Letras de Usted (17 de mayo) y el politiqueo de la campaña municipo-nacional. Brrr.

P.S.- Para que los que están en el curro no me odien demasiado, una recomendación para perder el tiempo: The Order of the Stick, webcómic que sin duda les arrancará unas risas a aquellos que conozcan el sistema D&D.