6.6.06

Cómics en el día de la bestia

Día señalado ¿no? Mientras va naciendo el Anticristo que reinará sobre todos nosotros antes del fin del mundo, yo quería escribir un poco de tebeos. Perdónenme la frivolidad. Eso sí, por no perder el tono de esta fecha histórico-matemática, he seleccionado un par de series de monstruitos.

El primero de estos cuentos de género es el Dampyr de Mauro Boselli y Mauricio Colombo, un estupendo ejemplo del fumetti (tebeo, en italiano) más popular. Después de Francia, Italia es el país europeo con mayor producción propia de cómics. Y es que los italianos, mayormente, leen historietas hechas por italianos, que pueden llegar a convertirse en verdaderos éxitos comerciales y dar lugar a series de cientos o miles de números, como Tex o Dylan Dog, que son ya una industria nacional.

Dampyr es un personaje nacido en el año 2000, pero que acaba de llegar a España. Cambiando a menudo de dibujante, tal y como es habitual en la gran Sergio Bonelli Editore, Boselli y Colombo cuentan la historia de Harlan Draka, un serbio hijo de un vampiro y una mujer humana, cuya sangre es veneno para los no-muertos (oséase, un dampyr, según la mitología eslava). Harlan vivía como un charlatán, engañando a los campesinos, hasta que en plena guerra de Bosnia descubre sus poderes y se dedica a cazar dráculas por el mundo adelante, convertido en un héroe oscuro y acompañado del mercenario Kurlak y de la vampiresa renegada Tesla.

En los cuatro números que llevo leídos ha habido bombardeos, bibliotecas secretas en Praga, grandes mansiones en Cornualles, parques de atracciones abandonados y guerras de mafias en la Rusia post-soviética, conflicto nacional chechenio incluido. La serie se vale de escenas clásicas del género de terror y de las tensiones políticas internacionales para introducir monstruos acechando en las sombras de nuestra sociedad. Con unos guiones inteligentes y un dibujo siempre artesanalmente correcto, Dampyr cumple muy bien su objetivo como serie de género, que es entretener. Y es que estas cosas no tienen porque ser patrimonio de los americanos.

De sustos y vampiros también hablan, aunque en un tono muy distinto, los Minimonsters del gran David Ramírez, una serie entre entrañable, surrealista y escatológica que se publica en la revista Dibus, de Norma, y que cuenta ya con dos recopilaciones en álbum. DR, uno de los pocos supervivientes de los autores de manga español de los 90 (ubi sunt?), deja sus habituales historias de sexo y depravación para dibujar un tebeo para niños de lo más clásico. Y lo hace bastante bien.

En Villa Susto, una aldea escondida para los humanos, viven los Monsters y sus hijos, los Minimonsters: Victor Von Pyro, Piruja la Bruja, Frank Einstein, Momsés, Lupo, y otros tantos que se dedican a sus quehaceres como cualquier criatura de pesadilla. Van a la escuela, se pelean, se meten en líos… y de eso va la historia. Al más puro estilo de la escuela Bruguera, DR mezcla situaciones absurdas, personajes delirantes e inventos increíbles en un mundo lleno de referencias pop, pero muy personal.

Su estilo de dibujo ha cambiado con los años, para mejor. Sus diálogos siguen siendo desternillantes por lo surrealista y su narrativa sigue, como siempre, al servicio del chiste… de un chiste bastante bueno. Yo os diría que si tenéis algo parecido a un sobrino pequeño, un tomito de Minimonsters sería un buen regalo de fin de curso.

Son dos series buenas pero no geniales, pero es que no sólo de obras maestras viven las industrias culturales. Los italianos lo saben, en seis años Dampyr tiene 72 álbumes regulares publicados y algún que otro especial. Sin embargo, en el mismo tiempo, han salido dos de Minimonsters, y no porque el bueno de DR estuviese hasta arriba de trabajo, no. Esperemos que el Anticristo pueda arreglar este tipo de cosas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un deleite obtener una información tan clara, concisa, concreta -como se explica en los manuales de periodismo- y a la vez suficiente, sin excesos retóricos, ni acumulación de referencias, con precisiones tan oportunas como las de la industria del cómic italiana, algo tan desconocido para mí.

Venga, tras este halago, disfrute de sus vacaciones.

A.F.Torreiro dijo...

Bueno... Un poco de malas noticias para la región de Galicia...

La empresa que distribuía Hegats y Aleta (por ende Dampyr y Dylan Dog) ha dejado de hacerlo, por lo que hasta que descubra quién los distribuye ahora, habrá sequía de ambos títulos :(

¿Por qué los grandes son los primeros en caer siempre?

elduende dijo...

Ntch, lo de las distribuídoras en este país es un culebrón sin fin. Hago notar que me joderá mucho la espera para leer el quinto número de Dampyr.

Señor Llamas, los elogios no se merecen, pero gracias.