Como miembro del género homo y de la especie presuntamente sapiens, y como pariente suyo en el subfilo de los vertebrados, les exijo un poco de respeto. Ya va siendo hora de que hagan como los animales sensatos, que huyen a nuestro paso a no ser que sean lo bastante grandes como para comernos o lo bastante pequeños para que no los veamos. Depongan ya su soberbia y asuman que les permitimos, amigas columbiformes, vivir en nuestras ciudades y alimentarse de nuestros desperdicios, al igual que a las rattus rattus y a los felis silvestris catus, pero ellos tienen el buen juicio de ser discretos. ¡Por diox, si hasta esas estúpidas, estúpidas laridae lari evitan cruzarse en nuestro camino!
Que sepan, señoras columba livia, que estamos hartos de que se metan bajo nuestros pies mientras persiguen miguitas de pan. Que nos tienen hasta las narices sus vuelos torpes a baja altura, que nos obligan hurtar el cuerpo para no terminar con una de ustedes metida en el ojo. Que no soportamos ya sus cansinos gorgejos gangosos y, sobre todo, que nos enervan sobre manera sus inoportunas defecaciones aéreas que aterrizan sobre nuestras indumentarias.
Tengan ustedes en cuenta, queridas aves, que nuestra especie ya ha exterminado a varias decenas de congéneres vertebrados, simplemente por comerse las ovejas de los granjeros australianos, o por tener pinta ridícula. Sepan también que nuestra actividad económica e industrial ha provocado ya cambios irreversibles en el clima del planeta, que hemos arrasado más de la mitad de las zonas arboladas y que tenemos la capacidad armamentística y la suficiente imbecilidad como para causar una extinción masiva que ríanse ustedes de la del Pérmico-Triásico.
Así que, en nombre de mi especie, les exijo que depongan sus costumbres groseras o nos veremos obligados a tomar medidas que no nos van a gustar a ninguno de los dos, como la reclusión de todos los jubilados ociosos que van a echarles de comer o la suelta indiscriminada de niños en todo parque o plaza pública.
Atentamente.
Post-Alilla: Pido de antemano a los biólogos y proto-biólogos que se cuentan entre mis lectores que tengan piedad de mi por las erratas que seguramente se me han colado en el texto. Yo le pongo voluntad.