6.7.07

Camino al sur

Sí, soy un vago, ya lo sé. No seáis muy duros conmigo, que en las vacaciones no puedo evitar volverme ágrafo. Para que me perdonéis por la prolongada ausencia, amigos lectores y no lectores, os contaré lo más interesante que he hecho en este mes apático: viajar al sur.

Como ya anunció Bautista, partí con el y con el ínclito jefe de prensa del Autos Lobelle, en un intenso periplo de una semana, en el que recorrimos unos 2.000 kilómetros, dos países, 15 provincias españolas y tres o cuatro portuguesas. Cansao, pero bonito.

Nuestra primera parada significativa fue Coimbra, ciudad que es todo un ejemplo de como NO se debe tratar el patrimonio. En la sede de una de las universidades más antiguas del mundo el casco histórico medieval tiene que conservarse el solito, porque no hay nadie que le ayude y, claro, siendo un cúmulo de objetos inanimados, pues se conserva mal. Las casas están todas a caer, los adoquines de la calle se sueltan solos y las pintadas anarquistas decorar los muros por doquier. Lo más escandaloso de todo es que, para construir el campus universitario, Salazar decidió arrasar con excavadoras toda la parte alta de la ciudad vieja y levantar allí un monton de horrorosos edificios de estilo imperial-dictadura, con columnas corintias y estatuas colosales de pseudodioses griegos. Os aseguro que es una visión desoladora.

El siguiente destino estuvo en Mérida, una villa realmente curiosa. Es como si cogiésemos Lalín, Culleredo o cualquier otro pueblo grande, con un urbanismo desastroso y una vida social tirando a escasa, y comenzásemos a salpicar ruínas romanas aleatoriamente por entre los edificios de los años 70. Vamos, que la ciudad en sí es horrorosa, pero merece la pena visitarla por el privilegio de pasear entre construcciones de dos mil años de antigüedad. El teatro, especialmente, tiene una fama merecida.

Luego cruzamos ese horrible páramo infestado de olivos que es el centro-sur de España, camino a Córdoba. La antigua capital del Califato es un lugar realmente precioso, que conserva en muy buen estado todo su antiguo barrio judío (de hecho, tiene una de las tres únicas sinagogas medievales que se conservan en España) y parte de su medina musulmana. Es realmente agradable perderse por esas calles estrechas y fresquitas, porque es raro que el sol les dé directamente, o salirse y recorrer el trazado de la muralla, rodeada de fuentes y jardines. Sólo tiene dos problemas.
Primero, su edificio más famoso, la Mezquita, es también el más decepcionante, pues, aunque conserva esas partes tan bonitas que vemos en las fotos, los doscientos años de reconstrucciones para convertirla en la catedral católica que es hoy en día le han sentado bastante mal. Aunque el altar mayor es tirando a bonito (no pega ni con cola, pero es bonito), lo malo es que sobre esos arcos bicolores que todo el mundo conoce hay una cutrísima bóveda gótica de crucería y, en los muros exteriores se han construido horrorosas capillas, con verjas de hierro que encajan mal en la estructura original e incluso han supuesto el derribo de arcos en ciertas partes. Mi odio al cristianismo se ha visto acrecentado.
El segundo problema es más prosaico. Córdoba huele mal. Porque el Guadalquivir es una cloaca al aire libre. Porque esas callejuelas estrechas son una incitación a meadas clandestinas (y como no llueve, nadie las limpia). Y porque hay coches de caballos para los guiris. Y los caballos huelen mal. Y la mierda de caballo, incluso peor.

La ruta hizo su último alto en Toledo, antes de morir en Compostela. Y esta otra antigua capital, la del reino de Castilla y las Españas, es también un lugar que merece una visita. Construida en un estilo muy peculiar, por los expertos arquitectos musulmanes y mudéjares que siguieron sirviendo a los reyes cristianos, entrar en su ciudad vieja (aún amurallada en casi todo el perímetro) es un pequeño viaje en el tiempo. Está impecablemente conservada, mejor incluso que la de Santiago, y tiene un indecible encanto. Lástima que te cobren por entrar prácticamente en todas partes (La catedral vale seis euros ¡seis euros!). A modo de curiosidad, diré que las otras dos sinagogas medievales de España están en Toledo, así que las hemos visto todas.

Me queda un lugar por comentar, Grandada, la ciudad en la que estuvimos más días. Pero creo que se merece un post para ella sola. Mañana o pasado caerá, prometido.

7 comentarios:

Zerovacas dijo...

Si, granada merece un blog para ela soa. Xa falaremos, eu teríavos recomendado cmabiar Mérida por Cáceres. E quizais pasar por Évora de camiño a, pero a viaxe que fixestes está chulísima

Anónimo dijo...

Menudo viaje el tuyo.

Por cierto, como guía turístico no tenías precio.

Miralo desde el lado positivo, has conseguido acrecentar los odios que ya tenías.

Bautista dijo...

Aguardo ansioso tus nuevas crónicas. Por cierto, hace falta ser desalmado para robar adoquines de Coimbra. Qué mala gente! :)

Éowyn dijo...

Has puesto los pros y los contras. Vienen muy bien como guía turística, pero espero que ningún andaluz lea tu post para no verse desilusionado. ¡Mira que no gustarte los olivos!¡Seguro que las aceitunas las comes! :P

En cuanto a Granada, y no es por desmerecer al resto de ciudades comentadas, estoy contigo en que se merece un post para ella sola y estaré encantada de leerlo.

moucho branco dijo...

alegría e alborozo pola reaparición duenduna... coido que ningún de nós está neste período estival en condicións de recriminar ausencias...

Mr. Poppler dijo...

Eu recrimino, cona... Vago, máis que vago...

Pero conste que recrimino desde a máis profunda envexa porque a este cantarolo o len tantos e a min ninguén...

Racistas, que sodes uns racistas :( os omicronianos non teremos piedade de vos...

elduende dijo...

Señor zerovacas, ¿pero en Cáceres hai algo que ver? Nunca tal sospeitara... Quedará para outra viaxe, pois.

API, ya me conoce usted. El odio es lo que me mantiene vivo ;)

Bautista, ¿adoquines? Yo no he visto ningún adoquín conimbrigense. Esa es mi declaración y no pienso cambiarla.

Lady Éowyn, si, como aceitunas, pero también chorizos y no por eso me resultan agradables las piaras de cerdos ;) Me alegro de que le parezcan útiles mis consejos, gracias.

Señor Moucho, xa coñece vostede a miña tendencia a volverme ágrafo nas vacacións. Espero que saiba perdoarme.

Mr. Poppler, pues no comprendo por que sus furiosas crónicas de nuestra realidad no tienen éxito. Pruebe a matar a unos cuantos, a ver que tal...