14.3.07

Ultimatum a las palomas

Estimadas columba livia:

Como miembro del género homo y de la especie presuntamente sapiens, y como pariente suyo en el subfilo de los vertebrados, les exijo un poco de respeto. Ya va siendo hora de que hagan como los animales sensatos, que huyen a nuestro paso a no ser que sean lo bastante grandes como para comernos o lo bastante pequeños para que no los veamos. Depongan ya su soberbia y asuman que les permitimos, amigas columbiformes, vivir en nuestras ciudades y alimentarse de nuestros desperdicios, al igual que a las rattus rattus y a los felis silvestris catus, pero ellos tienen el buen juicio de ser discretos. ¡Por diox, si hasta esas estúpidas, estúpidas laridae lari evitan cruzarse en nuestro camino!


Que sepan, señoras columba livia, que estamos hartos de que se metan bajo nuestros pies mientras persiguen miguitas de pan. Que nos tienen hasta las narices sus vuelos torpes a baja altura, que nos obligan hurtar el cuerpo para no terminar con una de ustedes metida en el ojo. Que no soportamos ya sus cansinos gorgejos gangosos y, sobre todo, que nos enervan sobre manera sus inoportunas defecaciones aéreas que aterrizan sobre nuestras indumentarias.


Tengan ustedes en cuenta, queridas aves, que nuestra especie ya ha exterminado a varias decenas de congéneres vertebrados, simplemente por comerse las ovejas de los granjeros australianos, o por tener pinta ridícula. Sepan también que nuestra actividad económica e industrial ha provocado ya cambios irreversibles en el clima del planeta, que hemos arrasado más de la mitad de las zonas arboladas y que tenemos la capacidad armamentística y la suficiente imbecilidad como para causar una extinción masiva que ríanse ustedes de la del Pérmico-Triásico.


Así que, en nombre de mi especie, les exijo que depongan sus costumbres groseras o nos veremos obligados a tomar medidas que no nos van a gustar a ninguno de los dos, como la reclusión de todos los jubilados ociosos que van a echarles de comer o la suelta indiscriminada de niños en todo parque o plaza pública.

Atentamente.


Post-Alilla: Pido de antemano a los biólogos y proto-biólogos que se cuentan entre mis lectores que tengan piedad de mi por las erratas que seguramente se me han colado en el texto. Yo le pongo voluntad.

7.3.07

"No voy a ir con usted..."

Una isla del Pacífico. Muchos muertos en las últimas páginas. La I Guerra Mundial.

Ella, una jovencita, se marcha en un ferry, de vuelta con su familia millonaria. Él, un cínico, se acerca a despedirla en su pequeño barco. Se saludan. Durante toda esta historia se han mirado mucho, se han hablado poco y no se han tocado nada. Él juega con el collar de flores melanesias que le acaban de regalar y rompe el silencio:

- Estás muy bonita. Me recuerdas a un tango de Arolas que escuché en Buenos Aires, en el bar de la Parda Flora.

- Será porque me parecía a alguna que había allí.

- Precisamente porque no te pareces a ninguna, me gustaría encontrarte en todas partes.

- ...
- ...

- No voy a ir con usted, Corto Maltés.

- Ya lo sé. Adiós, Pandora.

Paráfrasis de La Balada del Mar Salado, de seguro, uno de los mejores tebeos del mundo, que cumple ahora 40 años. Sí, parece que 2007 viene llenito de efemérides viñeteras. Felicidades, Corto, te conservas como el primer día.

5.3.07

Yo, gafapasta

Se diría que últimamente sólo hablo aquí de mi vida, pero es que los hados conspiran para que me sucedan cosas interesantes, como en la maldición china. Desde hoy mi situación laboral ha cambiado. No, no abandono el diario en gallego más importante de todos los escritos en el alfabeto latino, pero sufro un traslado interno. Dejo mis habituales informaciones sobre politiqueos, pesca, industria y demás para pasar a ser redactor de cultura, ciencia y gafapastismo. Me paso a Maré.

Resulta que un tercio de la plantilla está de baja y otra cuarta parte nos ha dejado para irse a trabajar a varios gabinetes de prensa de la Xunta, así que esto parece la zona cero de Hiroshima pero sin siluetas impresas en las paredes. Ahora mismo, estamos 11 fulanos para hacer todo el periódico, y nuestra muy gafapasta sección de Maré ha perdido a casi todo su personal. Peeero, aún así, la Casa Madre no está por la labor de contratar a nadie para suplencias, pues se hayan volcados en su nueva criatura, Telecorreo Impúdica, y les da igual lo que le suceda al diario en gallego máis importante de Sumeria y Mesopotamia. Mientras sigan cobrando la subvención de Política Lingüística, por ellos como si las 48 páginas las hace un chimpancé que sepa mecanografía.

Con este orden de cosas, el redactor jefe Antón Lopo I, el conceptual, vino y me dijo: "I want you for the Maré army". Y no me vi en condiciones de decirle que no ¿Me apetece? Pues, a medias. Sé que echaré de menos escribir de política gallega, que ya le estaba cogiendo yo el punto, y me jode perderme la campaña de las municipales, pero lo peor de todo será prescindir del buen rollo con mis ya ex compañeras de Galicia (grazas por todo, rapazas), que hacían muy cómodo el trabajo diario. Al menos ahora la jefa podrá describir la sección como "las niñas y yo" sin que haya nadie que proteste.

Pero no puedo negar que será un gustazo ocuparme de la información sobre tebeos y, si me dejan , haré por irme apropiando de los temas científicos, a ver si consigo reducir el número de erratas (prometo no publicar nada sin contrastarlo en la Wikipedia). El resto de las cosas de cultura, editoriales, artistillas y demás, me dejan frío, pero cualquiera con alfabetización básica puede cubrirlas dignamente. Bienvenidos, señores, al lado gafapasta de la información.

A modo de museo, señalo aquí mi último tema publicado en Galicia (los datos del gráfico se los debo a zenone) y mi primera nota en Maré. Desde luego, la segunda me dió mucho menos chollo.

1.3.07

Extraños en tierra extraña

Este fin de semana, en compañía del señor Nadador, genio y gloria de las artes cibernéticas, hice una visita relámpago (bilztbesuch) a la Atenas de Galicia, Auria la bella, hogar de patriotas derechistas y de funcionarios sin escrúpulos. ¿El motivo? Verle el pelo al señor Zenone, que desde que anda exiliado sólo viene por Compostela cuando quiere emborracharse hasta caer inconsciente durante varios días seguidos, como tiene por costumbre. Esta vez, sin embargo, se trajo del destierro un catarro descomunal que le impedía darse al vicio y al desenfreno, así que en su honor nos desplazamos a Ourense.

Poco que hacer allí, ciertamente, salvo confirmar que el puente del Milenio no se integra en su contexto ni a tiros y disfrutar de la compañía (el propio Zenone y Urbanoscar, siempre tan cosmo&posmo). Pero el motivo de este texto no es contaros mi vida, que es más bien sosa, sino advertiros de que si alguna vez os veis obligados a coger un tren en Ourense, os andéis con mil ojos.

La parada ferroviaria Ourense-Empalme (no confundir con el apeadero Ourense-San Francisco) ha sido diseñada con la misma idea en mente que cualquier centro de gestión administrativa del Estado: confundir, marear y desinformar a sus usuarios. Os contaré mi caso, pero será mejor que no lo leais con la luz apagada. Da miedo.

Nada más entrar, nos llamó la atención que el único tren que tenía asignada una vía de acceso en el monitor de llegadas/salidas era el Talgo previsto para las 23:00 (en aquel momento venían siendo las 20:00, o asín). El proximo tren a DC, paraba por allí, en teoría, a las 20:30. Hicimos una (larga) cola para coger los billetes y, para asegurarme, le pregunté al taquillero: "Holabuenhombre. Uno para DC ¿El próximo sale a las ochimedia ¿no?". El taquillero respondió con un sonoro "Urnt" y me dio mi pasaje por 6 euros con 85.

Salimos fuera, para echarle un vistazo al andén. Solo había un tren parado, pero eso nos pasó casi desapercibido ante la sorpresa que nos llevamos al ver que primera vía, según se sale de la terminal, es la número 3. Las siguentes, tras un paso subterráneo, son la 1 y la 2, y luego vienen, después de otro pasadizo, la 4 y la 10. Sí, la 10. Las vías 5 a 9 deben de estar en una dimensión paralela o ocultas tras un velo mágico, como la del tren que lleva al colegio de Harry Potter.

Pasmados por tal afrenta a la lógica numérica, escuchamos por megafonía algo que solo puede reproducirse así: "Munchmunch blablabla tararíqueteví etino Santiago tacionao vía Urnt". El locutor consideró que su cuidada vocalización era suficiente, así que no repitió el mensaje. El Nadador y yo nos miramos con desconcierto, pues aún no eran ni las 20:10. Como gentes de la costa, nuestro primer impulso fue volver a la terminal para comprobar en los monitores si se había adelantado la salida del tren, pero ¡craso error! Otros mas audaces se hubieran subido al vehículo parado que teníamos delante, pero esa no es la costumbre entre los súbditos de la Diputación de A Coruña, y no supimos reaccionar a tiempo.

En el edificio todo seguía igual, pero antes de que pudiésemos preguntarle a nadie, la megafonía volvió a graznar: "Tempusfugit sivispacemparabellum tino Santiago fetuá slida vía Urnt". En estado de shock, nos metimos por el túnel y fuimos hacia el tren, con el tiempo justo de verlo arrancar ante nuestras narices. En el propio andén, un amable matrimonio que venía de despedir a sus hijos estudiantes, nos informó de que los domingos existía un ferrocarril extra a las 20:10, para repartir a la marabunta universitaria. No alcanzó a explicarnos porqué los de la estación no consideraban necesario anunciarlo públicamente.

Mientras analizábamos la posibilidad de que se tratase de un convoy secreto sólo para hijos de funcionarios, comprobamos nuestros billetes. No indicaban fecha ni hora, pero si la matrícula de los trenes. Tras comprobarlo en un cartelón dentro de la terminal, vimos que al Nadador le habían dado pasaje para el de las 20:10, y a mí, para el de las 20:30. Tal vez los taquilleros sabían que él desciende de funcionarios y yo no...

Diez minutos después, los monitores seguían sin indicar ninguna vía de entrada para el tren de las 20:30, no obstante, el andén 4 estaba lleno de gente. Fuimos hasta allí y preguntamos. Dos veces, por si acaso. Y en ambas ocasiones nos confirmaron que sí, que por ahí llegaba el caballo de hierro con destino DC. ¿Cómo lo sabían esas personas? ¿Había signos en las vigas metálicas del techo que nosotros no éramos capaces de leer? ¿Lo pone en la Región? Tales preguntas quedaron sin respuesta cuando la voz metálica chirrió de nuevo: "Tienemucho jot tienemucho tempo tienemucho daum güomandelcallao Santiago vía Urnt".

Sin más incidentes, llegamos a DC. El revisionista de billetes le perdonó la vida al Nadador, pese a estar en el tren equivocado (sin duda, por su ascendencia funcionarial). Sirvan nuestras penurias de aviso a otros viajeros que den con sus cansados huesos en Ourense-Empalme sin un nativo que los guíe. Debería de haber escrito esto antes, pero es que el cabrito de Zenone me pegó su descomunal catarro y me he pasado unos días para el arrastre. Pero tranquilos, ya estoy bien, bueno, excepto que...

... excepto que después de esta experiencia, estoy empezando a creerme todo el rollo ese del CEFOU.