31.10.06

Madrit, Madrís, Madriz

Acabo de llegar de Madrit, y puedo decir, con orgullo, que he sobrevivido al paso por la terrible Terminal 4 de Barajas, un bonito edificio que vale 6.200 millones de euros y que, como su precio, está alejado de toda escala humana. Gesta épica llegar hasta allí desde la Villa y Corte y prueba titánica moverse por dentro, sos lo juro.

Hasta los baños son complicados. Los meaderos de pared tienen un sensor que tira de la cadena cuando te acercas, no cuando terminas la micción, y los retretes incorporan un sistema parecido que suelta agua en cuanto separas un poco las nalgas de la taza, es decir, cuando te inclinas para aplicar el papel higiénico ... y por si os lo estáis preguntando, sí, te moja.

A parte de a sufrir en el aeropuerto, fui a Madrís, ése lugar que lo centra y lo concentra todo, a ver al bueno de Zenone, que anda por allá en exilio, trabajando a sueldo del Estado para una revista de economía exterior, cuya sede está en una antigua checa republicana. El chico está bien, no os preocupéis, y la evangelista también. Pero de los amigos ya hablaré con una caña en la mano, para quien le interese.

Madriz, por su parte, sigue igual. Enorme de grande, polucionada, imposible y poblada por gente que va corriendo a todas partes, da una excesiva importancia a la estética y presupone que no hablar con acento de Chamartín denota alguna enfermedad mental. Pese a todo eso, y a la Catedral de la Almudena con sus murales de pesadilla, reconozco que la ciudad me gusta...

Me explico antes de ser lapidado: no viviría allí si puedo evitarlo, pero me gusta y no lo digo por dármelas de bicho raro. Tiene grandes librerías, de cómics y de las normales, mucha variedad de bares, el parque del Retiro y el Museo del Prado (dónde se expone esto, esto y esto) y a mí me vale para pasar un fin de semana feliz y contento. Aunque no hay que olvidar nunca, como decía Bautista, que cuando se hizo la catedral de Santiago, todo aquello era monte.

Para la próxima vez que vaya (que la habrá, mientras siga teniendo cama gratix), me queda pendiente una hazaña que ningún madrileño de cuna o de adopción se ha atrevido a acometer: coger la línea 7 del metro hasta Pitis y la 1 hasta Congosto ¿Existirán realmente esos lugares? ¿Quién vive allí? Y, sobre todo, ¿por qué?

5 comentarios:

María M dijo...

Y hasta Madrí no te acercaste?

Anónimo dijo...

Y por curiosidad: además de llegar a la conclusión de que tenías una enfermedad mental, ¿en Madrid también te pidieron "material" una vez reconocido tu acento gallego?

Anónimo dijo...

Ah! A liña Sete! Os encantos suburbiais do leste madrileño! A periferia salvaxe de San Blas! Nin os de Vallecas se adentran tan ó nordés.

Eu cheguei ate Simancas, á festa no piso de estudiantes dunha amiga do instituto: moito bloque de ladrillo vermello visto no medio da nada, unha nada alongada na chaira manchega, pero completamente urbanizada, sen espazos abertos.

Sobre excursións pouco defendibles no metro da capital foi unha mágoa non poder visitar a Zenone na súa anterior casa de Aluche. Por moito que o seu novo barrio tamén comece coa letra A non ten a mesma aura que o topónimo do suroeste.

Zerovacas dijo...

en primeiro lugar, noraboa polo lifting que lle fixeches ao blog. Eu tamén estou pensando en facerme algo, non sei, coláxeno ou as tetas, xa verei. Supoño que caerei na versión Beta de blogger.
Como sabes, tamén estiven en Madriz onte. Íavos chamar, pero estaba un pouco canso e tiña que ensaiar a miña cara de "interesante" para a entrevista do luns. E si, Madriz cada vez gústame máis. En realidade, o que me gusta de Madriz son catro quilómetros cadrados, de Malasaña a Lavapiés e do Paseo do Prado a Ópera. Pero si, nese espazo síntome cómodo.

Marta dijo...

Jeje a mi me pasó lo mismo en el servicio de la T-4.Tras la advertencia de: no pulsar, descarga automática, me quedé un rato allí de pie mirando el retrete pero allí no descargó nada...Tanta modernidad para que al final los baños huelan peor que los del Maycar a golpe de jueves a las siete de la mañana