Esta es la historia de tres primos, el valiente Fone Bone, el desquiciante Smiley Bone, y el avaro Phoney Bone, que vivían tan tranquilos en su Boneville natal hasta que un tejemaneje de este último provoca que sus convecinos lo expulsen, emplumado y sobre un raíl. Los otros dos van con él, para ayudarlo, y terminan por perderse en el desierto, llegando a un misterioso valle que ningún Bone había pisado antes (o casi). Allí hay humanos, dragones, zarigüeyas e insectos hoja parlanchines y vacas de carreras. También están las feroces (y estúpidas, estúpidas) monstrorratas. Y el misterioso Encapuchado. Vamos, ideal para una aventura.
Esto es Bone, probablemente es la mejor historieta juvenil publicada en las últimas décadas, escrita, dibujada, y autoeditada por Jeff Smith entre 1991 y 2004. Con claras influencias de Walter Kelly y Carl Barks, Smith narra el periplo de los Bone, tres personajillos que acaban convertidos en héroes por accidente a lo largo de 1.500 páginas de tebeo, en una saga que suena a lo de siempre (humor, romance, peligros y malo misterioso) pero que al mismo tiempo está dotada de un inconfundible toque personal.
Los tres protagonistas son la sal de la serie, pues, aunque ninguno de ellos es muy original, la forma que Smith tiene de hacerlos interactuar les da una tremenda chispa. Digamos que Fone Bone es Bilbo Bolsón (un tipo tranquilo al que persiguen los problemas), Phoney Bone es el Tío Gilito (un capitalista obsesionado con conseguir dinero de cualquier forma) y Smiley Bone es un Groucho Marx un poco light (con más de puñetero y menos de filósofo). Metedlos a todos en un saco e imaginad lo que sale.
El dibujo es lo que acaba por hacer de Bone un gran tebeo. Muy contenido, cada línea en su sitio y ningún exceso, con una excelente capacidad para manejar la transición entre viñetas, que llega a alcanzar momentos geniales en las persecuciones de las estúpidas, estúpidas monstrorratas a Fone Bone o en la célebre Gran Carrera de Vacas.
Hay que señalar que Smith fue uno de los principales culpables de que se pusiese de moda la narración descomprimida, que consiste en ralentizar la acción y contar menos cosas en cada página (por influencia del manga). Hay quien odia este recurso y hay a quien le encanta, ¿y a mí? Pues mire, según se use, y en Bone, salvo momentos puntuales, funciona bien.
Astiberri está ahora reeditando esta obra de Jeff Smith en tomos un tanto caros, pero muy fonitos, con las páginas coloreadas por Steve Hamaker especialmente para la ocasión. Ahora que ya ha pasado la Navidad y podéis consumir sin cargo de conciencia, os recomiendo que si tenéis algún sobrino, ahijado, nieto, o criatura en adopción en edad de jugar con la PSP, pero moderadamente interesado en la lectura, regaladle un Bone. Si tenéis algún amigo gafapasta que presume de entendido en tebeos, regaladle un Bone. Si queréis enganchar a alguien al mundo del cómic, regaladle un Bone. Y si no, regaláoslo a vosotros mismos, demonio, que merece la pena.
Esto es Bone, probablemente es la mejor historieta juvenil publicada en las últimas décadas, escrita, dibujada, y autoeditada por Jeff Smith entre 1991 y 2004. Con claras influencias de Walter Kelly y Carl Barks, Smith narra el periplo de los Bone, tres personajillos que acaban convertidos en héroes por accidente a lo largo de 1.500 páginas de tebeo, en una saga que suena a lo de siempre (humor, romance, peligros y malo misterioso) pero que al mismo tiempo está dotada de un inconfundible toque personal.
Los tres protagonistas son la sal de la serie, pues, aunque ninguno de ellos es muy original, la forma que Smith tiene de hacerlos interactuar les da una tremenda chispa. Digamos que Fone Bone es Bilbo Bolsón (un tipo tranquilo al que persiguen los problemas), Phoney Bone es el Tío Gilito (un capitalista obsesionado con conseguir dinero de cualquier forma) y Smiley Bone es un Groucho Marx un poco light (con más de puñetero y menos de filósofo). Metedlos a todos en un saco e imaginad lo que sale.
El dibujo es lo que acaba por hacer de Bone un gran tebeo. Muy contenido, cada línea en su sitio y ningún exceso, con una excelente capacidad para manejar la transición entre viñetas, que llega a alcanzar momentos geniales en las persecuciones de las estúpidas, estúpidas monstrorratas a Fone Bone o en la célebre Gran Carrera de Vacas.
Hay que señalar que Smith fue uno de los principales culpables de que se pusiese de moda la narración descomprimida, que consiste en ralentizar la acción y contar menos cosas en cada página (por influencia del manga). Hay quien odia este recurso y hay a quien le encanta, ¿y a mí? Pues mire, según se use, y en Bone, salvo momentos puntuales, funciona bien.
Astiberri está ahora reeditando esta obra de Jeff Smith en tomos un tanto caros, pero muy fonitos, con las páginas coloreadas por Steve Hamaker especialmente para la ocasión. Ahora que ya ha pasado la Navidad y podéis consumir sin cargo de conciencia, os recomiendo que si tenéis algún sobrino, ahijado, nieto, o criatura en adopción en edad de jugar con la PSP, pero moderadamente interesado en la lectura, regaladle un Bone. Si tenéis algún amigo gafapasta que presume de entendido en tebeos, regaladle un Bone. Si queréis enganchar a alguien al mundo del cómic, regaladle un Bone. Y si no, regaláoslo a vosotros mismos, demonio, que merece la pena.
2 comentarios:
Pues sí pues sí... Bone... Aún me acuerdo de cuando un colega de carrera pontevedresa, ahora empresario, me recomendó que los comprara allá por el 95 porque estaban muy bien... No le hice caso y ahora no me arrepiento ya que puedo tenerlos en formato tapadurarrecopilatorio que mola más y dura más.
Una curiosidad. Para mi vergüenza desconocía que Carl Banks era el dibujante de la famila Donald, pero para mi MAYOR vergüenza, al ponerlo en Google para más información, mi velocidad y destreza muñonera tecleando añadió una "i" después de la "l"... Podéis comprobar los resultados que, todo sea dicho, tampoco están nada mal...
Vaya por dios... Pongo Carl BaNks en el gugle y no me sale nada de los Donald (pero al parecer fue un famoso jugador de algún deporte). Vuelvo al blog y efectivamente hoy mi visión y mis dedos me confundieron... Mil disculpas a Carl BaRks...
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