9.2.06

20º Century Boys

Hablemos de manga. Tras oír mucho sobre ella, me he atrevido a empezar 20º Century Boys, la que para muchos ha sido la serie del año 2005 (entre ellos, los lectores de La cárcel de papel).Entre la extensísima producción de los nipones, que tiende a copiarse a si misma, sale de vez en cuando una obra que marcha estilo y que será imitada por los que vengan detrás. Akira, El lobo solitario y su cachorro, Dragon Ball fueron algunas de ellas, así como Fénix o Buda, de Tezuka, el Dios del manga. 20º Century Boys, de Naoki Urasawa es una firme candidata a entrar en esta lista.

El argumento es un thriller de los buenos, que deja al lector mordiéndose las uñas al final de cada tomo y contando los días que faltan para que salga el siguiente. La cosa empieza así: una organización a medio camino entre la masonería y Sendero Luminoso, dirigida por un misterioso personaje llamado “amigo” prepara una conspiración a nivel mundial y comienza a infiltrarse en las sociedad japonesa, a base de secuestros y muertes selectivas. Kenji, un tipo corrientucho que tiene una tienda 24 horas en Tokio, recibe una carta de un compañero de la infancia, que acaba de ser asesinado mientras investigaba a la dichosa secta. Kenji empieza a hacer preguntas sobre ella y descubre que el plan que siguen es idéntico a uno que él había inventado de niño mientras jugaba con los chicos del barrio a ser guerreros que salvarían a la humanidad. Y no os cuento más, pero se lía una de las gordas.

Urasawa sabe dosificar las revelaciones del argumento para crear sensación de angustia y misterio, utilizando los flashbacks con una maestría que deja en evidencia a más de un director de cine. Te atrapa, y cuando piensas que te empiezas a oler de qué va la cosa, ¡zas!, giro argumental y otra vez a dos velas. No sé como lo hace, pero nunca resultan excesivos y nunca te los esperas.

El dibujo, impresionante. Dentro del manga, se enmarca en la tendencia más realista y menos caricaturesca. Su trazo tiene una gran expresividad y, al contrario que muchos de sus paisanos más excesivos, Urasawa mantiene una puesta en página contenida y con una estructura perfectamente legible para un occidental lerdo (como un servidor), que pone al servicio de la historia. Aunque, sin duda, en lo que más destaca es en su domino del ritmo y el tiempo narrativo.

Sólo llevo leídos cuatro tomos de los 14 que van publicados en castellano, pero cada vez me gusta más. Hace tiempo que no me encontraba con nada tan interesante y, por lo que se comenta, no decae, sino que va a mejor. En resumen, ¡mola! y el título es un homenaje a T-Rex. ¿Qué más se puede pedir?

2 comentarios:

O Nadador dijo...

Vinos nunha librería, ocupaban medio estante, e o dependente díxome que os ías mercar todos. Sen ánimo de polemizar: ¿Non tende máis o manga a caricaturizar que o comic occidental? Agardo pola súa sabia resposta.

elduende dijo...

Nadador, terás unha resposta, pero non creo que sexa sabia... Non se pode xeneralizar á hora de falar de manga, porque a súa producción e tan inabarcable que seguro que te equivocas. De todos xeitos, ¿máis caricaturesco? ¿dilo polo dos ollos grandes? Obviando ese detalle, hai xaponeses que poden ser insoportablemente realistas, como Katsura ou Taniguchi, e moito menos "caricaturescos" que Schulzt ou Uderzo, por exemplo.

Tomándonos unha licenza, poderíamos dicir que os mangas son máis subxectivos que os tebeos euro-americanos, ou sexa, que se preocupan máis por representar a subxectividade das personaxes que o mundo real. Se de verdade che interesa o tema, pódeslle pedir a Ocioso que che deixe o "Entender el Cómic", de Scott McCloud (en canto llo devolva eu).

Elric, non é que non me interese quen pasa por aquí, o que me dá igual é cantos sexan. Os post sobre o noveno arte seguirán, con ou sen comentarios, pero grazas polos ánimos.

En canto á serie, nese gran blog que é adlo.blogspot.com xa acuñaron o termo "gafapastismo para otakus" en relación con Masamune Shirow (o de 'Apleseed' e 'Ghost in the shell'). Ven ben neste caso.