Soy uno de esos cien o ciento cincuenta mil coruñeses que no recuerdan otro alcalde que no sea sir Paco Vázquez. Pero ya basta. Se va a contarles batallitas a los curas, huyendo del fantasma de la derrota y de los muchos escándalos que le estaba levantando La Opinión de A Coruña.
Hay quien vaticina que con su marcha se abrirán las aguas, se hundirá el Puente Pasaje y la Torre de Hércules comenzará a emitir rayos destructores sobre el Golfo Ártabro. Otros creen que la gente saldrá a bailar por su libertad ciudadana y celebrará libaciones al gran dios de la A Mayúscula, en nombre de la democracia. Ya veremos.
En todo caso, la política municipal será menos circo y más política, los comunicados del ayuntamiento estarán en bilingüe en vez de en castrapo y (espero) Maria Pita se quedará sin terrazas. El resto son conjeturas, pero me atrevo a prever que ni Lacoru ni el PSOE quedarán especialmente tocadas por la ‘espantá’ de sir Paco.
Y es que ese hombre se le hacía molesto ya hasta a sus hijos. Su deshonrado sucesor en la secretaría general de ese caos magmático que es el PSdeG, Milito el de Pontevedra, es ahora presidente de la Xunta y no debía de hacerle mucha gracia tener a Paco atrincherado en María Pita, soltando barbaridades y bajo sospecha de haber pactado con Fraga. Los allegados del gran socio, mr. Quin, tienen a este alcalde inmobiliario e inamovible por la bestia negra del nacionalismo. A ZP le estropeaba el aire progre del partido, a sus votantes se les hacia cuesta arriba aguantar las acusaciones de sus detractores, que a su vez se estaban quedando ya sin chistes que inventar. Paco coge la puerta y todos nos quedamos tan contentos, incluído el propio Paco, que se va invicto, tras aprender del error de Fraga.
Lo divertido llega ahora. Así a lo tonto, en Lacoru ya ha empezado la campaña para las municipales. Javier Losada, el nuevo gran hombre del PSOE (al que no me une ningún parentesco, aclaro) va a tener que demostrarles que no es Paco a los votantes de izquierda y que sí es Paco a los votantes de derecha. Henrique Tello, del BNG, que lleva toda la vida clamando al cielo contra la política caciquil, quiere aprovechar y anda a ver si se vuelve un hombre serio y ganador, al más puro estilo Quin.
Pero la mejor papeleta de todas la tiene el PP. Su candidato, Rodríguez Corcoba, es el primer pepero que le hizo sombra a Mr. Vázquez desde que se presentaba Lendoiro, pero resulta ser un demasiado poco democratacristiano para la los adoradores de Feijóo (con tilde). Carlos Negreira, presidente provincial del PP, lleva intentando cargárselo prácticamente desde que llegó, pero la agrupación lacoruñesa lo ha defendido hasta ahora. Era muy posible que Negreira impusiese a un hombre de paja como candidato a la alcaldía para luego poder pactar con un Vázquez sin mayoría absoluta. Corcoba amenazó con presentarse como independiente, pero no resultaba temible en pleno arrastre paquista, pero ¿y ahora? Ahora se han quedado con el culo al aire. Habrá que seguir el caso con atención, risas garantizadas.
Desde esta nueva vida sin Paco, diré que su huída me deja dos pequeños pesares. El primero es no haber sido capaz de echarlo a base de votos, que estuve aguantando sin empadronarme en Santiago sólo por eso. El segundo es que el alcalde de alcaldes no haya llegado nunca a fundar el PVC (Partido Vazquista de la Coruña). Tal vez lo haga su sucesor, que partirá con una única ventaja: por muy feo que sea, nunca será menos fotogénico que nuestro embajador en el Vaticano.
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