23.2.06

La fiesta de los locos

Tengo que confesar que detesto el Carnaval. Es una época del año en la que el pudor, el sentido del ridículo, la buena educación y el respeto al espacio privado de cada uno se van a tomar pol saco. Puede que haya quien no eche de menos nada de eso, pero los tipos tímidos y traumatizados como yo si que lo hacemos, son cosas que nos facilitan la vida.

En Carnaval todo vale. Conviértete en un camello rosa, habla con otro que se ha transformado en Mortadelo, al que ni mirarías si llevase vaqueros y camiseta de Rosalía de Castro. Tira bombas fétidas dentro del supermercado, improvisa performances con esa comparsa de exquisito gusto que simula ser una célula de Al Qaeda e insulta a todo el que te apetezca como si estuvieses en un foro de internet.

Y todo esto ¿por qué? Porque son los tres días al año que nos está permitido hacerlo. Venga, todos a soltar el estrés acumulado y las frustraciones sociales, y rapidito que nos metemos en marzo y hay que volver a ser serios otra vez. ¿Divertirse al son de la voz de su amo? Señores, esto no es anarquía, sino caos. Llamadme reprimido, lo soy, pero no me hace gracia que un señor con perilla al que no conozco de nada y que va vestido de prostituta cubana se dedique a echarme la mano al paquete. Y las comparsas de Cádiz no me hacen ni puñetera gracia, dicho sea de paso.

El Carnaval cumple aún con la función de las fiestas paganas cuyas fechas ha heredado, como la Lupercalia romana o las celebraciones de la diosa celta Carna. Básicamente, se resumían en “vamos a darnos un día al año para ponernos hasta el culo de hierbas que colocan, pegarnos hostias unos a otros y vestirnos con pieles de animales muertos, para luego ir a sachar el campo y/o matar enemigos con más ánimos”.

La Iglesia, en su afán apropiativo, convirtió estas fiestas en una previa de la cuaresma. Por si la gente se les cabreaba mucho al obligarlos a pasar cuarenta días sin comer carne, les daban una semanita de excesos, pa que estuviesen contentos.

En la Edad Media, tiempo de represión y cafrerío donde los haya, la celebración alcanzó su máximo exponente y pasó a llamarse Fiesta de los Locos. El señor feudal de una zona daba autorización a sus vasallos para violar, robar y matar durante unos cuantos días sin miedo al castigo oficial. Los vasallos en cuestión se ponían máscaras para evitar que los vecinos les aplicasen un castigo oficioso, a posteriori, por haber quemado su establo y de ahí quedó la costumbre.

Liberación de estrés organizada por el poder. Clausuremos el Carnaval y convirtámoslo en una fiesta a favor de la jornada laboral de 7 horas, por ejemplo. Y si queréis quitaros la represión, haceos jugadores de rol o de rugby. Funciona mejor.

8 comentarios:

elduende dijo...

Podería facer toda clase de comentarios demagóxicos sobre mozos pequeno-burgueses alcolizados facéndose pasar por inmigrantes ilegais, pero prefiro deixalos á vosa imaxinación.

E para festa pagana, xa temos o San Xoan, con toda a súa gloria de adoración do astro solar... e pódeste bañar na praia. Non hai color.

Anónimo dijo...

¿E cal é a causa última de todos eses excesos? O ciclo agrario.

Cando a alimentación dependía do ritmo das colleitas, finais de febreiro era a época máis complicada do ano: estaba a piques de esgotarse o gran gardado da colleita anterior, e aínda falta un mes para que se poidan recoller os primeiros cereais de primavera. O entroido é a despedida dos vivos, é a celebración do último xantar antes das peores semanas do inverno, ¿como non permitir excesos á xente que estaba a piques de morrer de fame? ¡Deixade que garden unha derradeira lembranza feliz antes do pasamento de pais, nais, irmáns, amantes..! Por iso o entroido fluctúa de datas dun ano a outro: depende de cando se sementaran os cereais de primavera. Por iso logo a cuaresma é tempo de escaseza e frugalidade.

Claro que, agora temos o Alcampo, o Carrefour, o Gadis e o Dia para resolver os problemas de intendencia. Bo proveito!

elduende dijo...

Grazas pola iluminación, ocioso. Es un pozo de sapiencia.

Mendiño dijo...

Ocioso, a túa explicación non ten nen pes nen cabeza.

Alguén que vai morrer esfameado non comete excesos...porque non ten con qué cometelos.

E na Galiza, nunca o sustento dependeu dos cereais. Fai pouco fíxose a matanza, a artesa está rechea de chourizos e o viño xa colleu grados.

E en canto as máscaras dos cigarróns, peliqueiros e pantallas, era para facer burla dos recaudadores de impostos e alguacís, non para violar, matar ou roubar na impunidade.

elduende dijo...

Home, un pouquiño de educación nos comentarios ¿nin pés ni cabeza? Primeiro, nin ocioso nin eu falamos de Galicia, senón da tradición carnavaleira en xeral, e iso de darse a excesos antes de pasar penurias vai moito coa natureza humana. En calqueira caso, o Entroido non é unha festa de darse paparotas, senón de liberación psicolóxica organizada e para iso non fai falla unha despensa chea. Marxinalmente, sinalo que, por moita matanza que houbera, comezaba a Cuaresma e o cura da vila prohibía comer os chourizos.


Segundo, si, rirse dos recadadores e os nobres formaba parte da esencia da primixenia Festa dos Tolos, pero o roubo, os incendios e esas cousas tamén, ían no lote. “Xa que non me coñecen, vou aproveitar para...”. Esa lóxica aínda funciona hoxe, cando un vai disfrazado ou cando sae de marcha noutra cidade.

Anónimo dijo...

Mendigo, vexo que es un duro adversario dialéctico para as cuestións históricas.

Cando falo de ciclo agrario vou bastante atrás, á Idade Moderna cando menos, un tempo no que a alimentación dos labregos galegos está baseada no millo (fachada atlántica, dende o século XVII) e na pataca (no interior, dende o século XVIII). Rara vez os paisanos teñen acceso a comer carne por moita matanza que fixeran meses antes, xa que viña sendo estraño que posuíran cochos que matar. E sí, como explica elduende, falamos do antroido como tradición secular, europea, máis aló dos casos concretos galegos. En canto aos excesos, hai moitos xeitos de cometelos, non só vía estomacal: o entroido como tempo de liberación espiritual, sen a rixidez da moral imposta dende a parroquia, sabedor o crego dos días duros que lle agardan aos seus fregueses, á marxe das obrigas da coresma.

Mendiño dijo...

Duende, mi educación bien, gracias.

No confundas educación con cortesía, ni cortesía con hipocresía. Si creo que un razonamiento no se tiene en pie, no veo otra forma de decirlo más clara. Emplear circunloquios no es propio de mentes valientes.

Ocioso, con tu aclaración me quedo mucho más conforme. Eso si, de adversario nada. Compañero, pues ambos tratamos de saber más, ganando los dos. Para ello he de ponerme frente a ti, pero eso no implica rivalidad, y mucho menos animadversión (muy al contrario, por eso escribo aquí).

El carnaval parece que va indisolublemente unido a la Cuaresma (desconozco si se puede rastrear una procedencia pre-cristiana), y la Cuaresma no es más que la fiesta del ayuno purificador que existe en todas las religiones semitas (el ramadán en el Islam o la Guedalia en el judaismo).

Además, es bien sabido que la Cuaresma, y por lo tanto el Carnaval, varían de año a año, y se toman en relación a la Semana Santa según un calendario lunar (igual que el ramadán).

No parece tener pues un significado relacionado con el ciclo agrario, como por ejemplo lo tienen los Mayos, o el San Juán.

Lo de que el cura prohibiese comer chorizos en Cuaresma...igual que yacer con tu mujer. El podía prohibir lo que quisiera, otra cosa es que le hicieran caso.

Evidentemente, carezco de datos. Pero tengo la impresión que esas chorradas sólo fueron seguidas por las familias "cristianas", es decir, pudientes, "de bien". El pueblo bajo, en su "animalidad", buscaba sobrevivir y no se preocupaba mucho de esas parvadas, ni la clase acomodada se empeñaba mucho en exigírselo.

Eso depende de las épocas claro. Por ejemplo, la observancia en la edad media de esas reglas era muy discutible (como lo es ahora el ramadán, que cada musulmán lo interpreta con el rigor que estima oportuno). El medioevo era una época más viva y alegre de lo que muchos se piensan. El beaterío fue mayor en épocas mucho más recientes como en los siglos s.XVI o el s.XIX.

Vamos, que por mucho que te diga el cura (que tampoco entendías gran cosa, pues la homilía era en latín), si no tenías para comer más que carne, y el cura te decía que carne no...pues te digo yo a dónde lo mandabas. Claro que era mucho más fácil seguirlo si eras de Cangas que si eras de Trives. ;)

En lo que estoy mucho más de acuerdo es en que no sobraban chorizos. Cerdos había, e incluso matanza. Pero por lo general buena parte se vendía a los pudientes para cambiarlo por una cantidad mayor de unto (imprescindible para cocinar, cuando no había aceites de semillas).

Sin remontarnos gran cosa en el tiempo: mi padre me cuenta que él no probó el jamón hasta pasados los 30 años, a pesar de en su casa hacer matanza todos los años...

elduende dijo...

Aings, vamos a ver si nos entendemos. Yo no confundo nada con nada, mendigo amigo. Según el DRAE:

Educación
1. f. Acción y efecto de educar.
2. f. Crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes.
3. f. Instrucción por medio de la acción docente.
4. f. Cortesía, urbanidad.

Confundír cortesía con cobardía es un precendente peligroso. Ser educados nos ayuda a todos a vivir mucho mejor, ya que es más cómodo ir por la calle sin temer que el que viene atrás se va a abrir paso a empujones, hacer cola en la panadería sin temer que te pisen el turno, o mantener un blog sin temer que entre gente a insultarte a ti y a los comentaristas habituales.

A modo de ejemplo, mira tu primer comentario en este post. ¿En que gana tu argumentación por decirle a Ocioso que dice cosas sin pies ni cabeza? Tacha esa primera frase y lee el resto ¿es menos convincente? ¿quedan menos claras tus ideas? Creo que no, así que ¿a santo de que menospreciar a tu rival dialéctico?

He visto que el el blog de Elric reconoces que te falta diplomacia, bueno, eso es de lo que yo me quejaba. Puedes entrar aquí cuando quieras y discrepar de todas mis opiniones. Discute conmigo y con los demás todo lo que quieras, que es un buen método para que todos aprendamos algo pero, por favor, mantén un poco de cortesía (o educación). ¿Coartaría eso tu “mente valiente”?