8.5.06

Ira


La ira es un pecado con muy mala prensa. Venga ¿quien demonios quiere estar todo el día cabreado, rompiendo cosas y gritándole a la gente? Gastas energía, te creas enemigos y sufres de estrés y tensiones intelectuales. Parece que los cristianos tienen razón al prohibirla ¿no? Pues no, por defecto, los cristianos nunca tienen razón.

Claro que estar airado todo el día sería insoportable, exactamente igual que estar 24 horas empalmado y persiguiendo señoritas, por mucho que nos guste ser lujuriosos. Yo sólo vengo aquí a defender que la ira, en su justa medida y dosificación, es beneficiosa y hasta recomendable.

Los cabreos cumplen una función fisiológica importante, la de liberar agresividad y energías mal contenidas, y reprimirlos en exceso es motivo de infartos, úlceras gastroduodenales, taquicardías y otras patologías relacionadas con el estrés. Si tienes un buen motivo para gritarle a alguien, hazlo, no te cortes, tu salud te lo agradecerá.

La ira tiene también una ventaja social, al igual que el armanto nuclear, puede servir como elemento disuasorio. Aprovechar la fuerza de nuestro carácter para avasallar a los demás es despreciable, cierto, pero el otro extremo de la escala tampoco es como para recomendárselo a nadie. Todos conocemos a una de esas personas encantadoras, agradables y serviciales, que son incapaces de enfadarse con nadie ni de alzar la voz. Son los que se comen los peores marrones en la oficina, las partes más chungas de los trabajos de clase y los caprichos más raros de sus parejas sentimentales. Suelen acabar con la cabeza tocada de tanto reprimirse y, en el peor de los casos, les da por coger una escopeta y liarse a tiros en el supermercado de su barrio. Cosa mala. Protestar airado cuando se tienen motivos es muy práctico para evitar que se pisen. Si se sabe de ti que eres capaz de perder los nervios, el mundo te tratará con más cuidado.

Y esto es todo lo que tengo que decir sobre la ira ¡Cagón el copón bendito! ¡Hostiacoñoyá!

4 comentarios:

O Breogán de Gáidil dijo...

Totalmente dacordo con vostede, señor Duende.

Eu son dos que entra con cara de mala hostia sempre, e logo vai poñendo boa cara se as circunstancias son propicias. É como en "Erik el Vikingo", o que di o Frenetiklok: "Ya haremos amigos a la vuelta".

A Ira, como di vostede, deféndenos. E o que me defende, é útil para min.

Anónimo dijo...

No sabes hasta que punto me siento identificada estos días con este post. Os lo aseguro, la ira es imprescincible y el q no la use, se la traga y, aviso a navegantes, sabe a bilis.. Además, dsd cuando los cristianos se dedican a ir x la vida teniendo razón? Venga hombre...

Marta dijo...

Totalmente de acuerdo, compañeiro...es bueno desfogar a menudo porque sino te puede pasar como a mi, que soy muy tranquilita pero me sale el demonio de dentro cada cuatro años y entonces...sálvese quien pueda!!!

elduende dijo...

Acuse de recibo, compañeira, e ben-vinda. A mí también tiende a pasarme eso de me enfado sólo cada vez que Urano entra en fase, pero entonces, arde Troya. Por eso mismo sé muy bien que son mejores diez pequeños cabreos que uno gordo.