En Física, una constante es una magnitud numérica que permanece invariable sean cuales sean las circunstancias, por ejemplo, la de la gravitación (G) , la de Plank (h) o la velocidad de la luz (c). Aunque se desconozcan todos los demás datos, las constantes siempre serán fieles a si mismas, un apoyo desde el que levantar unos cálculos. Son los pilares que sostienen la Ciencia Física y si su valor cambiase (cosa que, teóricamente, sucede en condiciones muy extremas, como dentro de un agujero negro), todo los teoremas y ecuaciones que se usan para desnudar al Universo serían tan útiles como un disco duro USB para encender un horno de gas.
La vida cotidiana también tiene sus constantes, pocas pero necesarias. Si alguien te besa, es que le gustas tú o tu cuenta corriente. El peluquero no te cortará el pelo como le hayas pedido. El sentido del deber nunca es más importante que el sentido de la vanidad. En igualdad de condiciones, dos de Monte Alto le ganarán una partida de futbolín a dos de cualquier otra parte. Un trámite bancario siempre te llevará más tiempo de lo que hayas planeado. Y, desde luego, si vas al Maycar, escucharás la misma música.
Para los no iniciados, explicaré que el Maycar es un after-hours de Santiago, subterráneo, oscuro, completamente carente de medidas de seguridad y lleno de vagos, maleantes y demás gentes de mal vivir. Desde que los más viejos del lugar tienen memoria (1990, aprox.), el pincha José Luis, un señor gordo, calvo y bajito, pone las mismas canciones en el mismo orden, Una base de rock español calimochero (Extremoduro, Rosendo, Los Suaves, Medina Azahara...) salpicada con clásicos anglosajones de los 80 y 90 (Europe, Red Hot Chilli Pepper, Ramsteim...), no apta para gentes melódicas ni para lectores de la Rockdelux.
Este viernes pasé por allí. No había estado desde agosto, cuando nos quedamos sin alumnas en prácticas en el diario en gallego más importante de la litosfera y la astenosfera. Desde luego, nada había cambiado. Nada ha cambiado, de hecho, desde la primera vez que fui a ese entrañable antro, templo del cutrerío y el savoir faire, allá por 2002, excepto el horario de apertura y que ahora hay más gente. La decoración es la misma, los habituales son los mismos y el disco de José Luis, por supuesto, es el mismo.
Algunos se quejan, pero no hay motivo. Te gustará o no, pero el Maycar es una constante universal. Entras y sabes exactamente qué vas a escuchar. Velocidad de la luz= 300.000 kilómetros por segundo. Maycar=Oscuridad, calor, empujones y disco de José Luis. Si algún día, dentro de esas paredes enterradas bajo el nivel de la acera sonasen Yo la Tengo o cualquiera de esos grupos gafapastas de los que habla el doctor zerovacas, el tejido de la realidad se plegaría sobre si mismo e inenarrables horrores de otra dimensión, incognoscibles y alejados de todo lo humano, penetrarían en nuestro mundo, trayendo con ellos el fin de todo. Estoy plenamente convencido.
La vida cotidiana también tiene sus constantes, pocas pero necesarias. Si alguien te besa, es que le gustas tú o tu cuenta corriente. El peluquero no te cortará el pelo como le hayas pedido. El sentido del deber nunca es más importante que el sentido de la vanidad. En igualdad de condiciones, dos de Monte Alto le ganarán una partida de futbolín a dos de cualquier otra parte. Un trámite bancario siempre te llevará más tiempo de lo que hayas planeado. Y, desde luego, si vas al Maycar, escucharás la misma música.
Para los no iniciados, explicaré que el Maycar es un after-hours de Santiago, subterráneo, oscuro, completamente carente de medidas de seguridad y lleno de vagos, maleantes y demás gentes de mal vivir. Desde que los más viejos del lugar tienen memoria (1990, aprox.), el pincha José Luis, un señor gordo, calvo y bajito, pone las mismas canciones en el mismo orden, Una base de rock español calimochero (Extremoduro, Rosendo, Los Suaves, Medina Azahara...) salpicada con clásicos anglosajones de los 80 y 90 (Europe, Red Hot Chilli Pepper, Ramsteim...), no apta para gentes melódicas ni para lectores de la Rockdelux.
Este viernes pasé por allí. No había estado desde agosto, cuando nos quedamos sin alumnas en prácticas en el diario en gallego más importante de la litosfera y la astenosfera. Desde luego, nada había cambiado. Nada ha cambiado, de hecho, desde la primera vez que fui a ese entrañable antro, templo del cutrerío y el savoir faire, allá por 2002, excepto el horario de apertura y que ahora hay más gente. La decoración es la misma, los habituales son los mismos y el disco de José Luis, por supuesto, es el mismo.
Algunos se quejan, pero no hay motivo. Te gustará o no, pero el Maycar es una constante universal. Entras y sabes exactamente qué vas a escuchar. Velocidad de la luz= 300.000 kilómetros por segundo. Maycar=Oscuridad, calor, empujones y disco de José Luis. Si algún día, dentro de esas paredes enterradas bajo el nivel de la acera sonasen Yo la Tengo o cualquiera de esos grupos gafapastas de los que habla el doctor zerovacas, el tejido de la realidad se plegaría sobre si mismo e inenarrables horrores de otra dimensión, incognoscibles y alejados de todo lo humano, penetrarían en nuestro mundo, trayendo con ellos el fin de todo. Estoy plenamente convencido.
10 comentarios:
Pois non sei se ti chegaches a velo, pero creo que o Maycar antes tiña uns sofás alá ao fondo... E a decoración si que cambiara un pouco.
Por certo, moi mal que non lle teñas dedicado un par de frases ao seu porteiro, un dos míticos da noite compostelana...
Of course, os sofás!!! É que dende que os quitaron só volvín un par de veces. Sen eses sofás o choio non é o mesmo. Sempre encontrabas debaixo das cazadoras, abrigos e demais obxectos xente que coñecías, colegas ou simplemente, estudantes de xornalismo.
O disco? Perdoa, era unha cinta TDK.
"(...)lleno de vagos, maleantes y demás gentes de mal vivir". Arale, non tes nada que dicir?
Tampouco excesivamente apta a selección para mouchos, anque creo que podería soportalo, :)
Non hai máxima científica mais exacta que a que comentas dos de monte alto e o futbolín....
Aínda que lle coste crelo Sr. Osborn, Muse soou no Maycar, concretamente o tema "New Born", ao menos en dúas ocasións. O que non lle podo dicir con seguridade é se se ese feito extraordinario coincidiu coas vacacións de Jose Luis.
Respecto á liña que resalta Elianinha dicir que: Como androide me llena de orgullo y satisfacción que o meu grao de integración coa especie humana xa estea tan avanzado como para incluirme no subxénero de fauna do Maycar. Só teño que engadir que eu tamén boto en falta os sofás e que eses ventiladores que puxeron fanme chorar os ollos.
Zenone, certo é, non me lembraba dos sofás. En todo caso, é un cambio menor, só para que lles caiba máis xente. E o porteiro, si, ese gran arxentino, que sempre queda impasible ante borrachos, pesaos e fauna diversa tamén e parte da constante.
Elianinha, AGORA é unha cinta TDK. Orixinalmente era un vinilo caseiro.
Moucho, se es de Monte Alto e xogas ó futbolín, é realmente extraño que non nos coñezamos en persoa...
Arale, no offense taken. Eu tamén son (ou fun) fauna do Maycar. ;) ¿Que xa soou Muse, dis? ¿E non percibíchedes a ningunha criatura doutra dimensión? De seguro, sería difícil distinguila dos clientes habituais... Cambiarei a referencia no texto, por se acaso.
Se vai cambiar a referencia aconséllolle que sexa por "Yo la Tengo", iso si que é imposible que o poñan salvo por unha aposta ou un plegue do espazo tempo.
O Maycar é coma unha selva: nese espazo horrible e implacable hai animais fascinantes e adorables. Sen embargo viríalle moi ben a canción dos Guns "Welcome to the jungle", aínda que como todos nós sabemos só poñen "Sweet child o'mine". Por certo, odio o rock español.
Dito o dito, iría ao inferno se a compañía fose boa.
Amigo Duende... según mis escasos conocimientos físicos, c= 300.000 KM/seg. (no metros)
No es por tocar las gónadas, pero es que esa pequeña imprecisión podría llegar a provocar la aparición de una aberración del horror incognoscible en nuestra frágil realidad, con las consecuencias que de ello derivarían (nada satisfactorias, opino).
Uf, que cantidad de metidas de pata.
Correcciones incorporadas, censores míos.
Eu vou ao Inferno cada fin de semana. ;)
Hombre, en general todos los locales son hasta cierto punto temáticos, así puedes escoger local según la música que quieras escuchar en ese momento. Tal como lo describes, vas a ese bar esperandon una música en particular. Si quieres escuchar música gafapasta pues te vas a un local gafapasta, malo será que no existan
¿ Realmente es tan previsible la lista de canciones que van a tocar, realmente es siempre en el mismo orden ? Eso si que sería objeto de estudio.
¿Medina Azahara calimochero?
¿Red Hot Chili Peppers ninguna canción "melódica"?(¿ o es que no la ponen? )
Y a nadador, hombre, odiar el rock español en su totalidad es un poco general de más no? Es difícil pero algo se puede encontrar ("En el lago", "Abre la puerta" de Triana, "Ciclos", ...)
Publicar un comentario