24.7.06

Economía financiera con bananas

Seymour Mulahey lleva diez días sin dormir. Vuelve de meterse un (otro) tiro de coca en el baño y recupera su asiento frente a las enormes pantallas rasgadas por números y colores. Su mundo cobra vida mientras enciende el iPod y deja que por los cascos suene Fatboy Slim a toda tralla. Con los ojos fijos en las interminables columnas de dígitos, se alegra, como todos los días, de tener un trabajo en Wall Street, mientras se frota la nariz compulsivamente.

Durante las últimas 235 horas, Seymour ha estado vigilando las acciones de Mafiosing Cartel Incorporated, una empresa honradamente dedicada al tráfico de armas que abastece a las distintas facciones de la eterna guerra civil de Somalia. Recientemente MC Inc. ha diversificado su actividad invirtiendo sus beneficios en varias plantaciones de bananas somalíes, lo que ha disparado su valor en bolsa.

Sin embargo, Seymour tiene la obligación de no moverse de delante de las pantallas hasta que las acciones de MC Inc. empiecen a bajar, para vender justo en ese momento. Sus jefes han recibido una filtración que asegura que la Unión Europea aumentará los aranceles sobre la banana somalí para proteger el plátano de Canarias, un duro golpe.

A las 240 horas, Seymour se mete un lingotazo de whisky que le ayuda a ser feliz... pero sólo por un momento. En cuestión de segundos su cuerpo se niega a seguir allí y lo castiga con delirios, apoplejía y una variada serie de tics nerviosos. Los enfermeros tuvieron que arrastrarlo al hospital, porque permanecía agarrado al teléfono gritando: "¡Vende ahora, hostia! ¡Vende ahora! ¡Me cago en tu puta madre!". Fue una suerte que los elefantes rosas le avisaran de que los precios de MC Inc. estaban cayendo en picado.

Seymour Mulahey murió dos horas despues y nunca llegó a saber que los elefantes rosas le mintieron . MC Inc. seguía subiendo como la espuma, o al menos lo hacía hasta que los jefes de Seymour vendieron repentinamente su 12%. El pánico corrió por Wall Street y las acciones de MC perdieron un 15.000% de su valor, millar más o menos, arrastrando a todo el sector bananero a la bancarrota.

Mientras, en Somalia tuvieron que cerrar varias empresas exportadoras de bananas. Esta fruta, uno de los escasos bienes que este país sin petróleo ni platino es capaz de producir, perdió practicamente todo su valor de mercado y miles de personas se quedaron sin medio de vida. Los líderes de la milicia islámica, que pasaban por allí, le echaron la culpa al gobierno interino de Baidoia y ganaron un mogollón de partidarios, por lo que decidieron asaltar el Palacio Presidencial.

Al otro lado de la frontera, Etiopía, un estado laíco, decidió intervenir en Somalia para evitar que los islamistas se le metiesen en casa. Los islamistas, por su parte, le declararon la Jihad a Etiopía. Cuando la cifra de muertos llegó a tener cinco ceros, las ONG perdieron la cuenta y se retiraron de la zona.

Advertencia: Esta es una historia ficticia, excepto por la situación en Somalia, que es bastante cierto. Por lo demás, cualquier parecido con la realidad es azar cósmico. No sé a cómo va el precio de las bananas. No hay pruebas de que un broker cocainómano sea el causante del conflicto con Etiopía. Tampoco hay pruebas de que no lo sea.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y cual Copito ludópata (desengañado de Heidi y su abuelo camello porque ya no le pasan gratis) todos seguimos jugando en el gran casino y vendiendo a nuestras madres, tan alegres de la vida. Y si hay que matar a un par de politiquillos para que las élites de Rio Mano se pongan nerviosas y se puedan exportar diamantes y bauxita de estrangis, no problemo!, un lote de mercenarios pinochetistas te hace el apaño en un plis por un módico precio dejando tu nombre y reputación como los chorros del oro. Aunque he de confesar que a mi los que más me ponen son los valientes como mr. Ansar y su "if it is nesesari, lles, güi jaf tu bomb Libanon tu fait terrorism".

elduende dijo...

Que todo se compre y se venda, es bastante malo, si, pero es aún peor que lo haga en unas condiciones de azar y especulación en las que el mal día de una persona pueda dejar en el paro a miles, provocar guerras y hundir economías.

Pero el capitalismo es bueno. Nos permite comer donuts sin agujero.

Anónimo dijo...

Estou pensando en meter este post no vindeiro resumo de prensa do Igape, a ver se aprenden...

Elianinha dijo...

Arale, deixa de ver entrevistas de Ansar prea, porque che afectan, rallaches toda a noite. A historia está de pingas, só che falta o new deal somalí.