15.8.06

Onanismo psíquico

Es curiosa, nuestra naturaleza. A veces pasamos por situaciones tan terribles como para ser el argumento de una tragedia griega o de un culebrón de mediodía y no nos inmutamos.
Partes de tu vida pueden irse por el retrete de lo imprevisible y tú lo resistes como un descerebrado héroe de cómic de los años 30. Traiciones de confianza, tormentas familiares y traqueteos laborales pueden ser sólo un rasguño en tu armadura de rutina. Te quedas ahí de pie, aguantando lo que te echen, como si no tuviera ninguna importancia.

Y sin embargo, un cúmulo de pequeñas contrariedades pueden destrozarte. Que te pongan un café con poco azucar puede servir para tirarte encima todos los ladrillos de la realidad. O mirar en la nevera y descubrir que te han caducado los yogures. O fregar y romper un vaso. O recibir una mala crítica.
Molestias idiotas, que sólo valdrían para monólogos del Club de la Comedia, pero, a veces, tocan donde no deben y hacen sangrar una cicatriz. Luego, por la noche, empiezas a pedirle explicaciones a un mundo que da muy pocas, y todas equivocadas.

Cambio cerebro por tostadora. Se abonará la diferencia.

Imagen: Maceta de geranios. Juan Gris, 1915.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Oio, pues si que parece dura la vida del mortal...pero siguiendo esa misma lógica, también son pequeñeces las que le pueden alegrar el día incluso a un sinopiano como tú.
Ante todo no caigas en las garras del letal síndrome de Diógenes (qué cosas encuentra una por la telaraña); onanismo psiquico todo el que quieras pero no olvides a tus voyeurs, ni a los niños, que diría Moe.

PD: Enhoramala por la entrevista a Rubín, ha contribuido a empobrecerme económicamente tras mi visita al agujero negro y/o lugar de perdición situado estos días en Coruña. El patético estado de mis finanzas me obliga a guardar un cierto recor hacia el duende.

PDZ: La tostadora está quemada, te vale una licuadora de 1984?

Baubita dijo...

Uffff.... déjame que lo dijiera, lea entre lineas y lo entienda. Luego te haré comentarios...

O Nadador dijo...

Como líder do onanismo blogueiro (é broma: todo blog é onanista por definición) só lamentar que un blog tan cínico caia en lamentacións máis propias de xente de pouco gusto e valor. Coma min por exemplo.

Só recomenndar o que din as Sagradas Escrituras (Os Simpsons) nestes casos:Escribe un anónimo ameazante ou métete con algúen máis baixiño (eu non por favor). Tamén podes coller un gato, sentar no sofá e rirte de xeito desaforado mentres cavilas nos plans diabólicos destinados a acabar cos teus inimigos. Aproveita que hoxe hai tormenta para resalzar o efecto dramático.

(PD: ¿Estiveches consumindo estróxenos, accidentalmente por suposto, que puidesen motivar este abatemento súbito?)

Anónimo dijo...

Q´ostia tes? Haz el favor de invitar a esos premios q nos debes x el super concurso de julio, te echas unas risas y t dejas de remover en la caja de pandora esa q tienes x adolescencia...

Anónimo dijo...

Me hago cargo de tus cuitas, y me responsabilizo de la parte que me toca. Permíteme que intente decir unas palabras esperanzadoras. Después del palo, siempre hay una zanahoria. Es la dialéctica, tío, lo sabía Hegel, lo sabía Marx y ahora lo sabemos tú y yo. Por ejemplo yo, anteayer, fui cruelmente embaucado por la presunta "mejor banda de rock and roll del mundo". Sin embargo, al darme una vuelta por esa feria coruñesa del tebeo en la que, con impaciencia, espero verte, mi ánimo mejoró. Y hace un rato, tras encontrar en "Discos Gong" (perdón por la publicidad) de oferta "From Elvis in Memphis" (entre otras, "In the ghetto" y "Suspicious minds"), me he reconciliado plenamente (en realidad, nunca estuve peleado) con el rock and roll. En fin, que nunca llovió que no escampase. Salud.
P. S. ¡Viva Boixcar!

elduende dijo...

Uf, bueno, gracias a todos por los ánimos, pero no hace falta que os preocupéis. Lo que cuento en el texto es una reflexión a toro pasado, puro onanismo psíquico, como dice el título, que al igual que su contrapartida física, sirve mayormente para limpiar cañerías.

A veces hay que estar triste para estar cuerdo, es un hecho y no tiene nada que ver con que la vida sea perra. En mi caso, un cierto problema familiar coincidió con una temporada de trabajo duro, que a penas me dejó tiempo para pensar. Creí estar bastante entero, pero luego me di cuenta de que reaccionaba de forma exagerada ante cosas que en otro momento no me hubieran parecido mal, como las críticas de Frede, que no tenía culpa de nada.

Me puse a escarbar y llegué a una o dos conclusiones un tanto anodinas, que acabaron por convertirse en un escrito. No pensaba publicarlo, porque, como dice el nadador, no tiene nada que ver con la temática habitual del blog, pero lo releí dos días después y me dio la impresión de que merecía la pena guardarlo aquí, como recordatorio para malestares futuros.

Y eso es todo. No hay nada más entre líneas, no voy a tirarme a la vía del tren, ni voy a cerrar el blog, ni me va a dar el síndrome de Diógenes (de hecho esta mañana he limpiado el cuarto de baño). Tal vez esta explicación tendría que haber ido al principio del texto, pero no estaba seguro de que fuese necesaria hasta que leí vuestros comentarios. Perdón si os he preocupado o algo así.

Mañana seguiremos con nuestra programación habitual.