21.8.06

Un cínico a las puertas del infierno

"Hace tiempo, cuando era un auténtico crack, salvé al mundo un par de veces. Más que nada, fue cuestión de suerte y de dejar que algún pobre imbécil hiciese todo el trabajo duro".

Esta frase define perfectamente a uno de los mejores personajes de ficción del siglo XX y parte del XXI: el mago John Constantine. Fachada de tipo duro e insensible y conciencia torturada, por verse obligado a elegir siempre el menor de dos males, a sacrificar amigos y principios éticos, a hacer lo que debe hacerse. Un inglés resabido, muy parecido a Sting, siempre con gabardina y un pitillo en los labios. Es un cliché, sin duda, pero es uno muy bueno.

John Constantine no tiene nada que ver con Keanu "carapalo" Reeves y su escopeta cruciforme. En absoluto. Constantine es un chico de Liverpool cuya extensa biografía podéis leer aquí. Tuvo un grupo punk, pasó dos años en un manicomio, le ha vendido su alma a los tres señores del infierno (pero ninguno puede cobrarla, porque los otros dos no están dispuestos a renunciar a ella) y es capaz de embaucar mejor que Jose Luis Rodríguez Zapatero.

En realidad, John Constantine es un personaje de cómic, creado por Alan Moore en 1985 para la serie Swamp Thing, pero con tanto carisma que acabó por tener cabecera propia: Hellblazer (1987), que luego se convertiría en uno de los primeros títulos de la línea Vertigo de DC (donde nacieron The Sandman o Predicador, por ejemplo). Tras las cuatro -excelentes- pinceladas que dio el barbudo, el encargado de profundizar en Constantine fue otro guionista inglés, Jamie Delano, y lo hizo lo bastante bien como para crear los cimientos de una serie que llega hasta hoy, con más de 200 números.

Por Hellblazer han pasado algunos de los mejores guionistas anglófonos del medio, como Grant Morrison, Paul Jenkins, Garth Ennis, Warren Ellis, Brian Azzarello o Mike Carey. Sólo os dejo algunas grandes frases:

- Mientras sostiene una Biblia: "Por muy mal que vaya mi vida, por muchos agujeros que tenga, nunca los taparé con esta mierda".

- "Nunca te retires con una racha de suerte, no sabes cuando volverás a tener otra igual".

- "Oh, que jodidamente típico. Hace media hora esa información me hubiera servido de algo, ¿sabes?" .

- Al borde de la carretera, ve a unas crías de rata, que intentan mamar del cadáver de su madre atropellada: "Pobres, estaréis en el mundo el tiempo justo para aprender la lección más importante de la vida...".

John Constantine, un personaje memorable. ¿Personaje? Tal vez no. El chalado de Alan Moore asegura que se lo ha encontrado al menos dos veces en su vida.

John, por favor, si existes, quiero un autógrafo.

3 comentarios:

A.F.Torreiro dijo...

Voy a extender un poco el asunto del alma de Mr. Constantine.

Efectivamente le vendió el alma a los 3 señores del infierno (obviamente en secreto a cada uno de ellos) por lo que, al morir, todos fueron a reclamarla. El problema es que era un alma para tres demonios así que... ¿Qué hacer?. Efectivamente ninguno estaba dispuesto a renunciar a ella así que la única forma de solucionar tamaño problema era un enfrentamiento directo entre los 3 diablillos... Otro problema más... Son Duques del Infierno, por lo que nunca se rebajarían a pelarse la cara personalmente, eso sería trabajo de sus legiones... más problemas: si en el Infierno se desatara una guerra civil... ¿quién sacaría provecho?... efectivamente... Una cosa es dejar pasar un alma y otra muy distinta permitir que santones asexuados con grandes alas de plumas blancas conviertan el Averno en un campo de golf celestial...
(esta información se desglosa de la saga SANDMAN)

Tipo listo John... tipo listo...

Yo también quiero autógrafo.

elduende dijo...

Bien, bien, destripando la trama. Yo no lo había contado en detalle para no destripar demasiado la trama (¿quien sabe? a lo mejor a alguien le apece leersela). Pero ya que lo has hecho tu, pongo un añadido.

Una de las consecuencias inesperadas de ese trato fue que a los tres duques del Infierno no les convenía nada que Constantine muriese. Imáginate el lío, llega John al Averno y hay tres facciones que reclaman su alma. Si renuncian a ella son unos blandos, y si no, se lía la de San Quintín.

Así que, con la tontería, el mago de la gabardina gana unos demonios de la guarda, que le salvan el pellejo “in extremis” en varias ocasiones.

Por desgracia para Constantine, durante la etapa de Garth Ennis, Satán consigue deshacer ese bloqueo legal. Y el resto es historia.

Anónimo dijo...

Zonula zonulilla... non se destripan tramas se queres vender cómix... XD

Moi bo tomo, por outra parte, hai anos que sigo as andanzas de Mr. Constantine (e derivados) e a verdade é que penso que é un dos antiheroes mellor conseguidos do cómic actual (e máis carismáticos). Mágoa ter o vicio de comer... senón a de cartos que invertiría eu en Hellblazers!