25.2.07

La constante del Maycar

En Física, una constante es una magnitud numérica que permanece invariable sean cuales sean las circunstancias, por ejemplo, la de la gravitación (G) , la de Plank (h) o la velocidad de la luz (c). Aunque se desconozcan todos los demás datos, las constantes siempre serán fieles a si mismas, un apoyo desde el que levantar unos cálculos. Son los pilares que sostienen la Ciencia Física y si su valor cambiase (cosa que, teóricamente, sucede en condiciones muy extremas, como dentro de un agujero negro), todo los teoremas y ecuaciones que se usan para desnudar al Universo serían tan útiles como un disco duro USB para encender un horno de gas.

La vida cotidiana también tiene sus constantes, pocas pero necesarias. Si alguien te besa, es que le gustas tú o tu cuenta corriente. El peluquero no te cortará el pelo como le hayas pedido. El sentido del deber nunca es más importante que el sentido de la vanidad. En igualdad de condiciones, dos de Monte Alto le ganarán una partida de futbolín a dos de cualquier otra parte. Un trámite bancario siempre te llevará más tiempo de lo que hayas planeado. Y, desde luego, si vas al Maycar, escucharás la misma música.

Para los no iniciados, explicaré que el Maycar es un after-hours de Santiago, subterráneo, oscuro, completamente carente de medidas de seguridad y lleno de vagos, maleantes y demás gentes de mal vivir. Desde que los más viejos del lugar tienen memoria (1990, aprox.), el pincha José Luis, un señor gordo, calvo y bajito, pone las mismas canciones en el mismo orden, Una base de rock español calimochero (Extremoduro, Rosendo, Los Suaves, Medina Azahara...) salpicada con clásicos anglosajones de los 80 y 90 (Europe, Red Hot Chilli Pepper, Ramsteim...), no apta para gentes melódicas ni para lectores de la Rockdelux.

Este viernes pasé por allí. No había estado desde agosto, cuando nos quedamos sin alumnas en prácticas en el diario en gallego más importante de la litosfera y la astenosfera. Desde luego, nada había cambiado. Nada ha cambiado, de hecho, desde la primera vez que fui a ese entrañable antro, templo del cutrerío y el savoir faire, allá por 2002, excepto el horario de apertura y que ahora hay más gente. La decoración es la misma, los habituales son los mismos y el disco de José Luis, por supuesto, es el mismo.

Algunos se quejan, pero no hay motivo. Te gustará o no, pero el Maycar es una constante universal. Entras y sabes exactamente qué vas a escuchar. Velocidad de la luz= 300.000 kilómetros por segundo. Maycar=Oscuridad, calor, empujones y disco de José Luis. Si algún día, dentro de esas paredes enterradas bajo el nivel de la acera sonasen Yo la Tengo o cualquiera de esos grupos gafapastas de los que habla el doctor zerovacas, el tejido de la realidad se plegaría sobre si mismo e inenarrables horrores de otra dimensión, incognoscibles y alejados de todo lo humano, penetrarían en nuestro mundo, trayendo con ellos el fin de todo. Estoy plenamente convencido.

22.2.07

Point Blank / Sleeper

Hace ya tiempo que las editoriales yanquis han visto que no es bueno dejar que gente como ROB!, TODD! o JIM! le ponga letras a las viñetas (aquellos 90...) y se han decidido contratar a guionistas profesionales para hacer historias de verdad . Los lectores han quedado contentos, en general, y han pasado a protestar por otras cosas, como las ventas del manga o la plaga del decompressive storytelling. Pero eso es otro asunto.

Aquí venía yo a hablar de uno de esos profesionales de las letras, Ed Brubaker, del que hasta hace poco, no había leído nada. Su Gotham Central y su Catwoman pasaban por ser excelentes relatos de género negro insertados en la parafernalia superheróica, pero los dejé pasar por ser series largas, repitiendo el mantra que uso para disuadirme de compras compulsivas: haypocodinero-nomecabenenlastantería. Pero eso también es otra historia.

Al final, los bandidos de Norma consiguieron hacerme picar con la publicación de Point Blank, una miniserie de 2002 ambientada en el irregular Universo Wildstorm. Brubaker recupera a un personaje bastante chungo, Cole Cash, alias Grifter, que hacía de pistolero solitaro cliché dentro de los WildCATS, y lo mete de lleno en una trama de espías, chantajes y engaños. Cash acepta una petición de John Lynch, director de una de esas organizaciones ultrasecretas que abundan en el gobierno de EEUU, para que le cubra las espaldas en una serie de misiones sucias y delicadas, cuya finalidad desconoce. Pero antes de que Cole llegue a enterarse de nada, alguien le pega un tiro a Lynch y lo deja en coma. Así que el que hasta ahora era sólo matón y pistolero, tendrá que hacer de detective para vengar a su amigo. Y hasta aquí puedo leer sin destripar nada.

En Point Blank, Ed Brubaker zarandea a Cole Cash, y al lector con él, por un laberinto de humo y espejos muy bien hecho, donde las sorpresas y las trampas funcionan. El dibujo de Colin Wilson, un inglés de la escuela de Jean Giraud, es en este caso una herramienta al servicio de la historia, correcto, bonito y funcional (salvo el color, que es un pelo chillón de más para una historia tan noir). Por si no se nota lo bastante, aclaro, me ha encantao.

Y no he debido de ser el único, porque en 2003 los señores de DC le encargaron a Ed que siguiese con la serie. Era difícil mantener a Cole como protagonista, así que Brubaker, alabadas sean sus meninges, optó por basar la nueva trama en los cabos sueltos. En Point Blank descubrimos la existencia de una misteriosa y conspiranoica organización criminal en la que John Lynch logró infiltrar a un agente doble. Ese pobre hombre es Holden Carver, un antiguo espía de élite, y todo el mundo cree que es un traidor, excepto Lynch. Pero, vaya, malas noticias, al final de Point Blank, Lynch sigue en coma.

Así empieza Sleeper, con un Holden Carver que ha ascendido en la cadena de mando de la misteriosa organización esa, pero sigue sin tener ni idea de sus verdaderos objetivos y, lo que es peor, no tampoco tiene ningún contacto en el bando de los ‘buenos’ al que pasarle la información que consigue. Un ambiente ideal para una paranoica trama de espías.

Carver, además, tiene un curioso superpoder. No siente dolor y se recupera casi inmediatamente de todas las heridas que recibe ¿Bonito? No, no tanto, porque luego, cuando toca a alguien, le transmite el sufrimento que debería haber padecido él, pudiendo incluso llegar a matarlo sin dejarle marcas físicas . Por lo tanto, es el asesino perfecto.

En Sleeper, los lápices son cosa de Sean Phillips, que está en pleno estado de gracia y logra gestionar de forma impecable la gran cantidad de saltos temporales que Brubaker introduce en el guión. Los trazos de Phillips son menos bonitos que los de Colin Wilson, pero logran darle a la serie una adecuada atmósfera oscura y opresiva. Su narrativa es sencillamente para quitarse el sombrero, vedlo:

Lecturas muy recomendadas, ambas las dos.

19.2.07

Rutinas de lo imprevisto

Un sabado cualquiera, la redacción del diario en gallego mas importante de todos los reinos de Fantasía estaba tranquila. Todo el mundo se dedicaba a sus labores rutinarias, con la habitual actitud de “vamos a acabar rápido esta mierda”, muy propia de los fines de semana.

En estas, entra nuestro ínclito director, dando una patada en la puerta y gritando: “Quietos todos, vamos a tirar abajo toda la sección de Galicia. Estamos ante una gran catástrofe. ¡Alerta temazo, alerta temazo! ¡Quiero tres páginas!".
Nuestros hermanos mayores se unen a la revolución: “¡Oh tragedia, oh caos! ¡Llega otro Prestige! ¡Démosle cuatro páginas y un gráfico enorme!” En ese momento, alguien pregunta:
- ¿Qué pasa?
- Nah, un barco holandés, que parece que se ha incendiao frente a Lacoru
- ¡Coño! ¿Y qué lleva
? ¿Polonio 210?
- No, 6.000 toneladas fertilizante pa las naranjas de Valencia.
- Uau, sin duda es un peligro. Si se hunde, las algas mutarán por sobrealimentación e intentarán conquistar el mundo y comerse nuestros cerebros. Creo que lo vi en una peli de la Troma.

El temible 'Ostedijk', mientras le enfrían las ideas

En realidad, el barco ni siquiera estaba incendiado, pero la fiesta siguió, aquí todo el mundo andaba empalmado de solo pensar en la posibilidad de sacarle un escándalo al bipartito. Como nos dicen en la facultad: "Bad news are good news", aunque en este caso las news no den para llenar mas que una carilla de servilleta. Da igual, se rellena con lo que haga falta, la cuestión es tener titulares bien gordos y alarmantes, que sean como un puñetazo en el ojo para quien los vea en el quiosco. Las catástrofes venden de madre puta.

Pero, ahora que ya estamos con el susto en el cuerpo, veamos el caso con un poco de seriedad. Un barco transporta fertilizante y, por algún proceso químico que a mí, como hombre de letras, se me escapa, inicia una combustión lenta, es decir, arde sin llama y despacito. Dicen los expertos de Fertiberia que eso puede pasar, a veces, pero el fertilizante no es radiactivo, ni nada. Cuando se quema, e gas que va a la atmósfera tiene, básicamente, cuatro cosas:

Vapor de agua: Peligrosisimo, ni te cuento, ya han muerto varios al salir de la ducha por resbalar en el suelo impregnado esta substancia.
Nitrógeno: Eleme
nto químico de símbolo N y número atómico 7. El aire que respiramos está compuesto por nitrógeno en un 78%. ¿Quién dijo miedo?
Óxido nitroso: Vaya, esto provoca alucinaciones y euforia. Es lo que usan los anestesistas para dormir a los pacientes, pero en dosis muy concentradas, claro. ¿Preocupados? Bueno, sólo la central de Meirama emite 63.000 toneladas de esta mierda cada año, así que si no nos hemos muerto ya...
Cloruro amónico: Considerado substancia peligrosa... para los trabajadores expuestos a él habitualmente. Te mata los espermatozoides, y te irrita la garganta y los ojos. Sin duda, deja chiquitas a las armas químicas de la Guerra Irán-Irak.

Pensemos, además, que los 12 tripulantes estuvieron al ladito de esos gases tan nocivos durante más de 48 horas y ninguno demostró secuelas graves. Sólo se pusieron malos los cuatro que fueron a abrir las compuertas de ventilación, porque les dio el gas acumulado en toda la cara. ¿Los síntomas? Irritación de garganta y ojos. Probablemente se les haya muerto algún espermatozoide, pero en el hospital les dieron de alta en cuestión de horas, y como rosas, aunque algo asustados, claro, con el lío que se ha montado.

Lo dicho, como rosas en los jardines de Méndez Núñez

Total, que debería darnos más miedo la tasa de paro que esto, que se arregla echando agua a saco para detener la combustión. Pero no, aquí todos a llevarse las manos a la cab
eza. Greenpeace, que si va a explotar en una bola de fuego y mierda, la Generalitat Valenciana, que si no les acerquen el barco por allí, que ya se encargarán ellos de recoger heces para abonar, el PP que si le pregunten a López Veiga, que sabe desto, y Romeu y Touriño, que si comparecen en el Parlamento para dejar claro que el Ostedijk de marras nunca puso en peligro nuestras vidas.

Tal vez esto no pasaría si Salvamento Marítimo tuviese a bien informar de las cosas de primeras, en lugar de andarse con secretitos ridículos, pero os aseguro que llevo toda la semana con la sensación de estar metido en una partida de Paranoia.
Tu amigo el Ordenador dice que el barco es mortal y tóxico, ciudadano ¿Dudas de la palabra del Ordenador? Porque sólo los traidores comunistas mutantes dudan de la palabra del Ordenador ¿Tú no serás un traidor comunista mutante, ciudadano?

Hay otro enfoque, en el Galpón de Breogán... y vosotros, ¿qué creéis?



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14.2.07

Red Letter Day

Dejadme que conmemore la efeméride. No soy muy de celebrar días señalados, pero hay algunos que me conmueven, que me hacen reflexionar sobre los cambios y que señalan como losas votivas los puntos importantes del calendario.

Sí, sí, yo también tengo mi corazoncito, y disfruto con cosas que no cabría esperar a simple vista. No todo van a ser superhéroes finiseculares, historias de serie negra y ‘slices of life’. Porque uno tiene que ser consciente de dónde surgen esos pequeños trucos que hacen que el mundo gire, tan importantes y tan ignorados siempre, ante mayores fuegos de artificio

Por eso, permitidme brindar simbólicamente porque ayer fue el 70 aniversario de la creación del Príncipe Valiente.

¡Gracias, Harold Foster! Sin ti, la narrativa secuencial nunca hubiera sido la misma.

...
...

¿O de qué demonios pensabáis que estaba hablando?

12.2.07

El aprendiz

Llega al lugar de la batalla, protegido por una armadura de palabras y un escudo de argumentos. Por desgracia, ha tenido que empeñar su espada de convicciones para superar la cuesta de enero, y la lanza de ingenio la tiene en el taller del afilador. Su dragón de hoy le espera, asquerosamente puntual y con dientes afilados ¿Cuál será esta semana? Por fuera es difícil distinguirlos, todos parecen iguales ¿El de los problemas laborales? No, a ese lo mató el jueves pasado, aún no ha tenido tiempo de resucitar ¿Tal vez el de la ética maltratada? ¿O el del aislamiento voluntario? Francamente, no tiene ni idea, así que tose un poco hasta que se le activa una sinapsis. Ahora lo reconoce, por esa cicatriz en el ojo. Es el de los traumas, malditas sean todas las reglas de la estadística.

Como ha perdido mucho tiempo pensando, el gran gusano toma la iniciativa y le devora una pierna: “Eres un matao y todo el mundo se ríe de ti”. El aprendiz no se inmuta y contraataca pese a estar desarmado: “Pero tengo una rica vida interior”. Mal golpe, el dragón ríe con chirridos y le arranca un brazo: “Te pasas la vida observando y al final nunca haces nada. Crees que eres Hamlet, pero sólo eres idiota”. Él se pregunta porque siempre le tocará el de los traumas en los peores momentos y hace una finta defensiva: “Quien observa, aprende”. La bestia, que ya se conocía esa maniobra tan burda, le golpea en el pecho y lo lanza al fondo de la arena: “Quien observa, no liga una mierda”.

El mancebo aterriza de culo y con varias costillas rotas por el topetazo. Su rival lucha sucio, pero dos pueden jugar a ese juego: “Esa ya no duele, da en callo”. Su dragón se lanza hacia delante, con las fauces abiertas, ansioso por terminar: “Siempre dices que en tu familia están todos locos. Tú no eres distinto, y lo sabes”. Ahí no hay respuesta posible, por eso, en lugar de hablar, el aprendiz se tira al suelo y deja que la bestia choque contra el muro exterior del campo de batalla. Una conjura de azar hace que el monstruo se rompa el cuello.

El malhadado guerrero mira a su alrededor, inseguro. Ha sido un mal día, pero tal vez si cruza la puerta del fondo encuentre a la doncella… o al Santo Grial, lo que quiera que toque esa vez, aunque sea un cheque-regalo del Alcampo. Intenta levantarse. Con una sola pierna, es difícil. Resbala en la sangre del dragón muerto y cae hacia atrás. Su coronilla besa el adoquinado, y pierde el conocimiento, si es que alguna vez tuvo alguno.

Fundido a negro y cortinilla de estrellas. Cuando despierta, le han vuelto a crecer los miembros, pero la Asociación de Dragones por la Tolerancia le ha puesto una denuncia. Diagnóstico, victoria pírrica.

9.2.07

El artista invitado II. El Regreso

Bien, una vez más, hoy voy a hacer como los políticos y voy a dejar que el blog me lo rellenen otros. Como no tengo gabinete de prensa al que esclavizar, recurriré de nuevo al señor zónulacatro quien, ante la ‘avalancha’ de peticiones y al aburrimiento que pasa en la tienda mientras sus habituales están de exámenes, ha ‘warhammerizado’ también a Quin y a Touri. Mejor que os lo explique él solito:

“Resulta que en el mundo Warhammer hay un par de aventureros famosillos que van por ahí desfaciendo entuertos: Gotrek el Enano y Félix el alegre trovador.

Mientras Gotrek rosma, se queja, gruñe y se lanza al cuello de todo aquel que no le gusta, Félix lleva un talante más dialogante, menos agresivo y más reflexivo... Gotrek es la estrella, Félix el cerebro...

Para más Inri hay novelas con las aventuras de este par y una de ellas tiene el título de MATASKAVENS

Curioso non si??"

7.2.07

A. Losada y A. Losada

Tras haber sufrido muchos equívocos, manipulaciones y despistes, me siento obligado a aclarar que este señor que veis en la foto no soy yo. Aunque firme (ocasionalmente) como A. Losada mis noticias en el diario en gallego más importante en las 26 dimensiones de la Teoría de las Supercuerdas, no soy Antón Losada.

Mi nombre de pila no es Antón, ni siquiera Antonio. No le escribo los discursos a Anxo Quintana, nunca me han invitado a un debate en televisión, no me dedico a intimidar periodistas, ni tampoco he matado a la Costa da Morte.

Por otra parte, dudo de que Antón Losada haya leído algún cómic en los últimos 10 años, sepa diferenciar a un cínico de un hipócrita o tenga instalado algún Total War en su PC de casa. Así que Antón Losada tampoco es yo.

Y, sin embargo, la gente tiende a confundirnos. No hace mucho hablaba con la jefa de prensa de CCOO en Gallaecia, tal que así:
- Hola, mire, soy A. Losada, del único diario en gallego realmente existente, y quería hablar con alguno de vuestros muchachos para que me opine sobre una de estas mierdas que anuncia la Consellería de Traballo para quedar bien.
- Si, claro, Antón. ¿Tienes donde apuntar, que te doy el móvil?
- Señorita, me abruma usted.

En otra ocasión fui a interrogar a Baltariño pequeno y, al entrar en su despachazo en el Parlamento, me dijo:
- ¿Ah, tu eres A. Losada?
- Servidor de usted y de Friedrich Nietzsche
- Menos mal, porque me habían dicho que me iba a antrevistar Antón Losada ¿No sois familia?
- Más quisiera yo.

Pero sin duda el caso más grave sucedio en verano, cuando escribí un perfil de Suárez Canal post-crisis de llamaradas, que no os enlazo porque no tiene versión digital. Visto en perspectiva, era demasiado elogioso, ya que el cabreo por cosas como la manguerita de Feijóo me llevó a ponerme de parte del señor conselleiro. Sin embargo, pese a que le di bastante cepillo a su chico, en el BNG les sentó mal que contase que Alfredo tiene un hermano que es científico en Alemania y además, del Opus Dei. Y cuando vieron que el autor del texto era A. Losada, se armó la marimorena: "Que derecho tiene ese advenedizo chupóptero a desvelar los secretos de uno de los popes de la UPG ¡Muerte! ¡Fatwa!". Afortunadamente, antes de que se produjese una degollina política, alguien del gabinete de prensa me llamó: "Oye, el A. Losada este, eres tú, ¿no? ¿No es Antón Losada?".

Así pues, resumo. Toda mi relación personal con Antón Losada, mi doppelgänger, se limita a haberlo entrevistado en dos ocasiones. Nunca nos hemos visto en bodas, bautizos y comuniones, así que deduzco que nuestro antepasado común debe de remontarse a la época de los Reinos de Taifas. Y lo mismo puedo decir de Javier Losada y de Abel Losada.

¿Por qué no me apellidaré Pérez?

Editado 8/02/2006: No falla. Se queja uno de algo y ¡zas!, inmediatamente el problema se repite, surgiendo de la nada cual Primigenio invocado por sus cultistas. Acabo de recibir un correo de la Confederación Galega de Empresarios, en respuesta a una solicitud de información. ¿Y como empieza?:

“Estimado Antón”

Estoy por ir al registro civil y cambiarme el nombre. Ya tengo documentos que prueban que la gente se dirige a mi como Antón Losada.

3.2.07

El artista invitado

El señor zónulacatro, inspirado por unas cuantas copas de LK del Malas Pécoras y por mi rallada sobre el parecido entre el Estatuto de Warhammer, me manda esta photocomposición en la que convierte al preclaro líder del partido de los 37 escaños en el cabecilla de una banda Skaven. "A mi es que ese tío siempre me ha tenido pinta de rata escurridiza", afirma el autor.
Venga, dadle coba en los comentarios y a lo mejor se anima a hacer versiones de Touriño-imperial y Quintana-orco.

Y, como guinda final, os señalo una noticia la mar de curiosa. Yo creo que el padre va a ser el concejal de urbanismo., que esa gente es muy dada a saltarse las normas de seguridad. ¿Podré apuntarme por internet a la porra que se hace en el pueblo?

1.2.07

Ni tanto, ni tan calvo

Me dicen en un comentario más abajo, y leo por ahí adelante, que dos blogs de política local, Cousas de Cambados y Cousas de O Grove, han sido denunciados por atentar contra el derecho al Honor de los muy ilustres señores que gobiernan en sus ayuntamientos. Feo asunto, afirmo. Parece que, pese a tanta monserga sobre la web 2.0 y la política 3.7, nuestros amados representantes públicos se han olvidado de subir su versión de software y sólo miran a internet para protestar porque aquí se opina demasiado.

Y eso que sabemos, porque nos lo cuentan, que los blogueros somos una gente tremendamente comprometida, pues hemos decidido dejar de ser voyeurs (buallers, según el Panhispánico) para convertirnos en productores de información no mediatizada, paladines de la libertad de contenidos y de la difusión de conocimiento, perpetradores de nuevas agendas mediáticas que satisfacen a las minorías. Aunque tengamos pocos lectores, estamos integrados en una red de difusión viral de contenidos que asegurará que nuestras buenas ideas tengan impacto (si es que tenemos alguna, claro).

También sabemos, porque nos lo cuentan, que somos egocéntricos, pretenciosos y que nos creemos muy importantes porque haya cuatro tipos que lean nuestra mierda de textos. Exponemos nuestras miserias y nuestra mediocridad como si se tratase de algo nuevo, vanitas, vanitatum et omnia vanitas.

E incluso sabemos, porque nos lo cuentan, claro, que somos unos miserables usurpadores de la sagrada labor informativa de los medios de comunicación, que no somos profesionales y no diferenciamos datos de opiniones. Creamos confusión, bien porque somos tontos y no sabemos explicarnos, bien porque somos unos bastardos malintencionados con ganas de difamar, tipejos que directamente publican mentiras. Escoria intrusista, basura pretenciosa.

Pues, en mi desautorizada opinión, ni tanto, ni tan calvo. Si algo somos los blogueros es un grupo de gente con inquietud por escribir, que se lee la una a la otra y se autojustifica, como sucede en todos los colectivos minoritarios (presidentes de grandes empresas, cocainómanos y frikis, por ejemplo). Nuestro mayor mérito, es volver a implantar el placer de la comunicación interpersonal en un mundo de mass media, porque no solo escribimos, sino que recibimos respuesta y establecemos diálogos.

Con esta moda tonta de las bitácoras personales, un sólo individuo puede hacerse oír sin tener que pasar por los miles de celosías que levantan la prensa, la radio y la televisión. Y lo que es peor, puede llegar a ser influyente sin que nadie le dé permiso para ello (brrr... ¡el horror, ah, el horror!). Lo suficientemente influyente, fíjense, como para que le denuncien por hablar sin filtros.

Seamos serios. Insultar, mentir y difamar no está bien, aunque el anonimato de internet nos anime a caer en ello, como les pasó a algunos comentaristas de Cousas do Grove, que no a su autora. Mal hecho, porque hay formas mucho mejores y más destructivas de criticar a alguien. Ejemplo, los ácidos fotomontajes de Cousas de Cambados, que si están ahora en los tribunales es porque dan donde duele y dejan huella.

Pero, aún en el caso de calumnias y faltadas, los políticos harían bien en recordar que, cuando uno ocupa un cargo público, la Libertad de Expresión siempre prevalece sobre el Derecho al Honor, salvo casos de amenazas de muerte y similares, y que la mejor forma de restarle efecto a un insulto es rebatirlo, no cerrarle la boca al que lo lanza. Abran su página y rebatan allí esas acusaciones tan falsas que se les hacen, señores del concello. Tomen ejemplo de Manuel Baltar, que será todo lo chungo que queráis, pero lleva años aguantando que le llamen de todo en su web y ni pestañea, el condenado.

Señor X, Sol Costas, cuentan ustedes con toda mi empatía. Como decía Orwell: "Si la libertad significa algo, será sobre todo el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír".