Permitidme que hoy sea fiel a los dictámentes de la sociedad de la comunicación y monte un espéctaculo a partir de cualquier estupidez. A metro escaso del cinismo lanza uno de sus mundialmente desconocidos concursos para lectores y no lectores.
Veréis, resulta que uno de los posts del mes de julio no lo he escrito yo. Lo siento, pero no pude evitarlo. Contraje múltiples invitaciones a comer, los matones del Colexio de Xornalistas me perseguían por falta de profesionalidad, Zonulacatro instistía en que le pagase lo que me llevaba de la tienda y mis compañeros de piso me amenazaron con terribles represalias si no sacaba de una vez de la nevera ese trozo de balalao seco que se llama Genaro... bueno, en realidad no fue así, pero un amigo se ofreció a escribirme algo y no está el mercado de ideas como para negarse.
Pero, al grano. El primero que adivine cual de los textos que están en el archivo de julio no ha salido de mis indignos dedos, se ganará un vale canjeable por una copa en el Curruncho (Entremuros, 12, Santiago DC) o un bocadillo en el Orella(Raíña, 21, también Santiago DC). Si algun intrépido comentarista identifica, además, al autor de la impostura, recibirá un magnífico trozo de balacao seco ... esté... digo... tendrá la seguridad de ser muy inteligente. Lo siento, pero mi sueldo no da para más.
¡Participad! ¡Adivinad! ¡Farolead!
La solución, aquí mismo en una semana, el lunes 7 de agosto. Y, no, el responsable del post falso no puede concursar. Que nos conocemos.