Zulemo era un hombre como cualquier otro, excepto porque vivía en Ciudad Quezon (Filipinas), cosa que no todos los hombres hacen. Zulemo gustaba de la pornografía, el licor y la literatura en tagalo, temía a la muerte y pensaba que alguna vez podría encontrar a la mujer de su vida. Pero sus planes, como los de todos los hombres, no tenían nada que ver con la realidad.
Las rutinas de Zulemo cambiaron una noche, en un bar cutre, donde conoció a una copia manuscrita del Estatuto de Autonomía de Galicia de 1981. Dicen los más viejos del lugar que su conversación fue como sigue:
- Hombre, ¿como tú poraqui?
- ART. 41: A Comunidade Autónoma exercerá as súas funcións administrativas por órganos e entes dependentes da Xunta de Galicia. Tamén poderá delegar nas provincias, municipios e demais entidades locais recoñecidas neste Estatuto.
Así que nadie pudo culpar a Zulemo cuando cayó perdidamente enamorado de aquella norma autonómica. Se la llevó a su casa y la cuidó durante años. La cepilló y mimó, hojeó y leyó miles de veces esas páginas tan maravillosas de las que no entendía una letra. Zulemo dejó de ser un hombre como los demás, porque era feliz.
Sin embargo, tal estado antinatural nunca dura mucho. La alegría de Zulemo se truncó cuando leyó en internet (¿dónde, si no?) que los belicosos gobenantes de la mítica región de Galicia querían cambiar a su amado. ¡Una reforma del Estatuto! ¡Oh, que gran soberbia, la de esos politicastros! ¡Cómo se atreven a atentar contra la fuente de la que emana su poder! Cuenta la señora de la limpieza que Zulemo habló así:
- ¿Qué debo hacer, amor mío?
- ART. 30-II: A Comunidade Autónoma galega participará, tamén, na xestión do sector público económico estatal, nos casos e actividades que procedan.
Inmediatamente, Zulemo cogió la escopeta de postas del 12 que usaba para calafatear barcos y se subió a un burro-taxi, junto a su amor. Su destino era Santiago de Compostela, pero nadie volvió a verlos nunca, ni juntos, ni por separado.
El presidente de la Xunta no es capaz de dormir desde que su osito de peluche le contó esta historia. Si quieres solidarizarte con él, envía TUPUEDESTOURI al 55-telahinco. Participarás en el sorteo de una secretaría xeral.
Imagen: 'Las musas inquietantes'. Giorgio De Chirico. 1916.
2 comentarios:
Consello: Non lle chames a ningún outro personaxe saído da túa pluma Zulemo.
Por suposto es libre de non seguilo.
¡Una genuina "historia de interés humano"! ¿Y Zulemo encontró la manera de poder votar en nuestras elecciones desde el Centro Gallego de Manila?
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