10.12.05

Los terribles hijos de Breogán

En el vigésimo día de la contienda entre las hordas de nacionalistas gallegos invasores y la valiente coalición astur-leonesa, el frente del Bierzo se ha roto. Las escuadrillas de carros de bois, dirigidas por el inconmovible teniente Francisco Rodríguez, han aplastado a la infantería de porqueros leoneses de la vicegenerala Maria Jesús Ruíz tras un brillante ataque envolvente por el flanco derecho. Aprovechando esta circunstancia favorable, los comandos de pandereteiras ligeras pudieron tomar la colina desde la que la artillería asturiana arrojaba botellas de sidra sobre los cuerpos de gaiteiros de choque.

La ventaja norteña caló hondo en la moral de los resistentes. Los incursores de Cabrales huyeron presas del pánico, provocando una reacción en cadena en las tropas astur-leonesas, que recordaron la vieja expresión castiza y tomaron las calzas de Villadiego. Los crueles hijos de Breogán no dieron cuartel y todos los presentes oyeron como Paco Rodriguez gritaba: "A por eles. Isto xa non é unha batalla, é unha caza de cobardes".


Los supervivientes se pueden contar con los dedos de un pie, pero entre ellos está María Jesús Ruíz, que fue humillada publicamente y obligada a aprenderse los trescientos cuarenta y siete versos del himno gallego (contraviniendo todos los díctamenes de la Convención de Ginebra).

Tras la derrota de los ejércitos de montañeses astures en las fuentes del Sil, hace dos días y a manos del recalcitrante coronel Aymerich, la campaña de conquista de los gallegos es imparable. El general Quintana parece dispuesto a cumplir su promesa de "poñer a todos os pobos galegofalantes baixo a tutela da enseña branquiazul-revolucionaria". Sus ejércitos están ya a las puertas de Ponferrada, en cuyas calles se escuchan ya los terribles bufidos del las gaitas, para horror de los lugareños. Incluso desde Extremadura nos llegan rumores de levantamientos armados en el Val de Xálima.

En esta situación desesperada, todos los hombres de bien nos hacemos la misma pregunta: ¿llegarán a tiempo las milicias de voluntarios madrileños comandadas por los brigadieres Acebes y Losantos para frenar el implacable avance regionalista? Quiera Diox que sí, pero la respuesta sólo podrán dárnosla los libros de Historia.

Ponferrada, 27 de febrero de 2006.
Crónica de guerra por John Hobgoblin, envíado especial del Heraldo de Valbellotar Recio.

5 comentarios:

O Nadador dijo...

Por delirante que che pareza hai unha novela que segue liñas argumentais semellantes a esta. É O cervo na torre e está escrita por Darío Xohán Cabana. Incluso gañou o Xerais.

O Nadador dijo...
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elduende dijo...

Ntch, ya se me han adelantado otra vez... Pero ¿colará si le meto treinta páginas más a este post, lo paso a gallego y le cambio los nombres? ¿Me darían el Blanco Amor? Mira que son 12.000 euros...

O Nadador dijo...

Meixide case o logra...

elduende dijo...

Pero Meixide tiene un poquito más de talento y muchísimo más carisma que yo, no compares.