27.12.05

Una comida de Navidad (I)

La Navidad es una época de rutinas. Por ejemplo, es el único día del año en el que Genaro Pespuntes no se puede escaquear de comer con su familia. Su trabajo como capataz de una plataforma petrolífera en Indonesia era una buena excusa para evitar el cumpleaños de su abuela y la primera comunión de su cuñado, pero no servía en Navidad. De todos modos, no estaba arrepentido de haber hecho el viaje, gritarle órdenes en spanglish a los operarios galaico-malayos era gratificante, pero la familia también. Los genes unen.

Mientras pensaba en ello, Genaro mordisqueó un trozo de asado coriáceo. Su tío Alfredo había jurado que ese bicho que pesaba 14 quilos y tenía una cornamenta que, claramente, había sido probada en incontables duelos era un cordero lechal que le había vendido un amigo suyo del pueblo. Nadie tuvo el corazón de desengañar al pobre anciano, porque daba igual. Luego de 23 platos distintos, había puñeteras ganas de comerse el asado, fuese cordero lechal o cabrón bisabuelo.

Como decía la prima Julia, la Navidad en esta casa se celebra a lo grande: Vieiras, centollas, langostinos, escalopines al cabrales, capón de Vilalba estofado, bacalao al pil-pil, rollo de carne, almejas a la marinera, soufle de corbacho, guisantes con mermelada y ensalada de ajonjolí... Genaro ya no era capaz de recordar más platos y dejo de intentarlo cuando le pusieron el pudding de naraja, el flan con nata, y el mousse de ortigas ante las narices.

Tal abundancia era fruto de la ancestral competición entre la abuela Carmucha,la tía Auxiliadora y la Paqui (tia-abuela política por parte de padre) por ver quién era capaz de cocinar mayor cantidad de manjares suculentos. El record había quedado establecido en 2001, con 31 platos distintos. Este año iban flojas porque la abuela había hecho las almejas sin avisar y la Paqui la agredió con la espumadera, alegando que intentaba saltarse las normas y cocinar más que el resto. Con las apuestas 7 a 2 para la abuela, la batalla hubo de ser detenida para salvar la sopa de marisco de la evaporación.

- Esto si es comer abuela -dijo el primo Eldemiro, el arquitecto- el otro día fui a comer al Pijo's, en la calle Mayor (porque me lo puedo permitir) y me cobraron 200€ por un muslo de perdiz. Pero no estaba ni la mitad de bueno que lo que nos han servido hoy. Como en casa en nigún sitio...

Genaro evocó de nuevo la rutina. Ya no había nada que llevarse a la boca, salvo el café (de tres cafeteras distintas, una para cada cocinera). Llegaba el momento de las conversaciones...

4 comentarios:

O Nadador dijo...

Paréceme estraño ( e non é algo malo, máis ben sería algo positivo porque implicaría un rasgo de estilo) a sensación de cando te leo de que vexo a influencia de Kafka, Dostoievsky, ¿Baroja? e... Ibañez e outros autores de Bruguera. Se a nosa sociedade é un delirio ti es un bo asistente de frenopático.

elduende dijo...

Vas facer que me ruborice, nadador. Confeso que a Kafka lino moito, a Dostoievky pouco (pero me gusta) e a Baroja case nada (e déixame frío), pero non os inclúo entre as miñas influencias conscientes. A Ibáñez si, e tamén a Vazquez (o de Anacleto. Axente Secreto), aínda que eles son mellores humoristas ca min.

De todos modos, coido que se a miña escritura se parece á doutro, ese é Boris Vian, aínda que el sexa moito mellor escritor ca min.

O Nadador dijo...

A ver... Tampouco estaba dicíndoche que escribises como Kafka ou Dostoievsky... Recórdanme algúns rasgos de estilo simplemente.

É curioso o de Boris Vian porque intentei ler varios libros del en varios idiomas e non fun capaz. Recoméndoche a alguén que seguro será iluminador para ti: Witold Gombrowicz e se podes a súa obra máis coñecida o Fedidurke.

elduende dijo...

Si, home, si, xa sei que non escribo como Kafka ¿parezo tan pretencioso como para crelo? Porque non quixen afirmalo en ningún momento, que quede claro.

Xa entendera a qué te referías, non estaba a clamar iso de "¡qué mal escribo!" para que me digas "non, meu rei, es o menos malo dos que se presentaron ó premio Planeta". Só dicía que é halagador que unha das miñas parvadas te lembre a Kafka, aínda que só sexa no xeito de poñer as comas.


A Gombrowicz non o coñezo de nada, pero apúntome a recomendación. Pero vai parando, que xa teño unha pila delas pendente.