15.11.05

A otra cosa, lepidóptero

A los periodistas nos cuesta explicar bien las cosas. A veces porque no las entendemos, y acaba uno llevándose las manos a la cabeza porque en el Grand Theft Auto el personaje del jugador se puede ir de putas, cuando eso ya pasaba en el Baldur's Gate II (y seguramente en otros a los que yo no he jugado) y nadie llegó a enterarse...

Otras veces no queremos que los temas se entiendan, porque tal vez son demasiado sosos, o demasiado polémicos. En este caso terminamos por ir a lo fácil y hablar de la Operación Castiñeira como un gran asalto policial contra la malvada kale borroka gallega. Decir que es una acción preventiva contra unos cuantos jovencitos que juegan a las conspiraciones es aburrido, y pintarlo como un golpe exagerado contra una asociación política tirando a legal es polémico, así que nos quedamos con el circo de señalar los tentáculos de ETA en la tierra de los rumorosos.

Una cosa es mandar al trullo al Ugío y a la Giana, que ya no tienen edad para andar jugando con petardos, y otra que la emprendan contra unos tipos que se juntan para hablar de la independencia de Galiza. De acuerdo, tienen una visión alucinada del mundo, pero si eso fuera un delito deberían empezar por detener a los miembros de la conferencia episcopal, que sufren un caso de demencia mucho más grave. De acuerdo, hacer burla de la bandera y del Juanca es algo ilegal, pero nunca se ha visto que arrestasen a uno de esos que sacan a pasear la rojigualda con el aguilucho preconstitucional cada 20 de noviembre.

No me gusta el doble rasero y no me gusta que siempre paguen el pato los más pringados cuando los "cuerposyfuerzasdeseguridadelestado" (que decía Acebes) salen a jugar a la calle. Tampoco me agradan los movimentos independentistas, por su dogmatismo paranoide, pero creo que el asociacionismo es uno de los pilares de una democracia seria y las patadas en los cojones que le dan cada vez sale de él algo políticamente incorrecto contribuyen a dejar sin voz a los ciudadanos descontentos. No sé la Guardia Civil, pero yo prefieron que la gente exprese sus incomodidades reuniéndose en debates raros y en páginas webs que jugando con petardos como Ugío y Giana, será cosa mía, vaya.

Y mientras tanto, en algún momento del pasado, el alcalde de Viveiro se gastaba 6.000 euros públicos de vellón en marisco protocolario. Bienvenidos a la zona del crépúsculo.

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