Póngame un gin-tonic

Vivir en el mundo occidental nos permite revolcarnos en complejos de culpa inútiles, comprar mucho y hablar de frivolidades. El tercer término es el más gratificante, así que voy a ejecerlo un poco. Unas palabras sobre el gin-tonic.

Ginebra y tónica. Una mezcla sencilla que esconde una gran personalidad, amarga como la vida misma, anestesiante como los sueños húmedos. Por afirmación categórica, diré que hace falta un cierto carácter para que te guste tragarte esta cosa que sabe a bayeta usada. Diré, además, que nunca he conocido a nadie que beba gin-tonic y no me caiga bien.

(Bombay con Nordic Mist). En general, para atreverse a ir a la barra de un garito y pedir uno de estos, hay que tener gran mesura en el beber, una resistencia sobrehumana o el valor suficiente como para enfrentarse a la peor resaca de tu vida en cuestión de horas. También es necesario que desarrollar un gusto por la amargura, que además de un tango es un sabor y una constante vital. La acidez personal también cuenta

(Larios con tónica del Froiz). Este combinado tiene también una serie de ventajas prácticas. El número de bebedores de ginebra es tan reducido que no suele compensar fabricala garrafón (excepto en el Momo, allí destilan ellos mismos una bebida incolora con la que también rellenan las botellas de vodka). La tónica tiene la virtud de ser la única bebida del mundo que brilla con las luces negras de las discotecas, al igual que los dientes limpios, la caspa y los ojos azules. Valiente forma de hacerse el interesante.

(Beefeater con Schweppes). Uno de los mayores bebedores de gin-tonic del mundo,actualmente en retirada, fue mi hermano, que es un hombre muy sabio. Su frase para honrar a este brebaje burbujeante y con limón era: "La tónica sola es asquerosa, la ginebra sola es una mierda, pero las mezclas y, oye, queda una cosa riqísima". El argumento parece flojo, pero a mí me convenció, y hasta hoy. Supongo que será por el grado de alcohol, pero el condenado gin-tonic es de una gran ayuda en las conversaciones absurdas:
-¿Que bebes?
-Gin-tonic. La duda ofende.
-¿Gin-tonic? Pero eso es muy duro...
-Sí, pero yo también.